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| Intervencionismo |
Como señalé en mi post anterior:
- Cuando se implementan leyes de salario mínimo que imponen salarios más altos que los salarios de mercado existentes, se produce desempleo involuntario.
Esto es una proposición económica irrefutable. En una economía de libre mercado, de producción en masa para las masas, una intervención del gobierno en la economía promulgando una norma jurídica que imponga un salario mínimo, por encima de los que establece el mercado, no es más que el intento de corregir docenas de intervenciones previas (expoliación fiscal, inflación monetaria, legislación laboral, proteccionismo, control de precios, control del cambio exterior, regulaciones económicas liberticidas, etc, etc, etc), con multitud de efectos contrarios a los perseguidos. Toda, absolutamente toda intervención del gobierno en la economía (limitando o aniquilando la voluntad de las partes) genera una cascada de efectos contrarios a los que dicen que se pretenden conseguir. Y así, una y otra vez se van acumulando intervenciones para tapar los agujeros de intervenciones previas. Pero todo esto es algo de dominio público entre el 99,99% de los gobernantes actuales. Ellos lo saben (incluso en Venezuela lo sabían y lo saben). El problema, para nosotros, es que los fines que ellos persiguen no son los que en público dicen perseguir. Y también saben que un 99,99% del electorado no tiene ni puta idea de economía. Está claro que la Economía es contra-intuitiva. Es algo que he podido comprobar con toda clase de universitarios. Y por serlo, es casi una tragedia que no se enseñe desde la secundaría a todos los estudiantes. Y esto no va a cambiar, como hemos visto recientemente con un texto de educación financiera para niños en la comunidad de Castilla y León. En las actuales democracias, donde no existe límite alguno que proteja la libertad del individuo porque cualquier límite puede ser abolido democráticamente, es lamentable y dramático que prácticamente nadie reclame una enseñanza de economía y educación financiera en las escuelas. Es el sistema perfecto para pegarse continuamente tiros en el pie, hasta quedar completamente paralíticos.




