De acuerdo con Aristóteles, es imposible que un objeto esté en dos sitios distintos al mismo tiempo.
Imaginemos una comunidad en la que -dados unos determinados factores de producción- se consigue producir energía y materias primas, etc, para hacer un edificio cada año.
Si en este mismo instante, el sistema financiero (con el banco central a la cabeza) mediante una expansión crediticia, introduce medios de intercambio en el mercado mediante inyecciones monetarias en las etapas superiores de los procesos productivos prestándoselo a largo plazo a constructores y promotores, no por ello se podrán construir, por ejemplo, 10 edificios cada doce meses.