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jueves, 18 de noviembre de 2021

Gobierno Inmoral · ("Días in IVA")

 



Hace tiempo que los gobiernos se pasaron de frenada en sus funciones (proteger a los ciudadanos de los criminales; protegerlos de los invasores externos; proteger su propiedad y los contratos voluntarios contra el incumplimiento y el fraude), empleando, para ampliar su poder, la compulsión armada contra victimas desarmadas despojadas de su derecho a la autodefensa contra el saqueo institucional. Pero la mera coerción no es suficiente. Los políticos necesitan cambiar la mente de las personas y así lo demuestra esta carta de la Agencia Tributaria en respuesta a un diputado del PNV sobre la publicidad de “los días sin IVA”. La economía es contra-intuitiva. No son los costes los que determinan los precios sino al revés. Todo impuesto al consumo (IVA) repercute en la producción, ya que al disminuir los ingresos empresariales se reducirán los salarios, los intereses de los capitalistas y las rentas inmobiliarias  de las empresas no expulsadas del mercado (el importe del impuesto se trasladará a los costes de producción), y por tanto disminuirá el ahorro y como consecuencia, la inversión y la producción. No todo el mundo conoce la mecánica de los efectos de la fiscalidad*. Podríamos decir que el IVA encarece los productos de forma directa si al expulsar empresas del mercado se reduce la oferta aumentando por tanto, el precio; pero en todo caso, lo que provoca es una reducción caótica, no uniforme, de los salarios, que, como hemos dicho, son costes de producción. Sin embargo, el gobierno pretende manipular la mente del consumidor desasociando esta negativa y verdadera relación de causalidad, afirmado que: “esta forma de publicidad afecta negativamente a la moral fiscal del contribuyente”, y que: “esta clase de mensajes publicitarios se basan en una asociación negativa del impuesto en la mente del consumidor, como el causante del encarecimiento de los productos”; tachándola además, de “publicidad engañosa” “en relación con los tributos”.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Neolengua - Manipulación del Lenguaje (IV) - Poder Político, Poder Económico - ( El Dólar y la Pistola, por Harry Binswanger)


Control del Lenguaje

Cambiar el significado de los conceptos: confundir libertad con poder o capacidad de hacer; equiparar pobreza con desigualdad o violencia con pobreza; llamar inflación a su consecuencia (subida de precios) en vez de a la causa (inflar la moneda); igualar poder económico con poder político. Vivimos en una sociedad infantilizada con el narcótico de la educación pública, que regala su soberanía individual y que distingue entre "poderes elegidos" (democráticamente) y "poderes no elegidos", siendo legítimos sólo aquellos, como si los útlimos no fueran nunca resultado de elecciones individuales voluntarias. Hoy día, un neoliberal ya no es liberal. Si dices "todos", no las incluyes a ellas. "Recortar" es subir impuestos y/o endeudarse. "Democracia" es "la calle" (y "expropiar). "Mejorar oportunidades" es igualar las oportunidades (es decir, igualar en resultados). No sólo existen los transexuales sino también los trans-especies. "Austericidio" no es matar la austeridad sino promoverla (homicidio, próximamente, será mejorar la vida de otro, por lo que no tendrá pena). Capitalismo es sinónimo de "patriarcado". "Libertad de expresión" es "fiscalización política de los medios de comunicación". Y "solidaridad" es utilizar el monopolio de la violencia estatal para robar a los que producen y regalárselo a los que no producen. Neo-lengua modo turbo.

Se trata de corromper el pensamiento por medio del control del lenguaje; cocinar una tortilla de conceptos en los cerebros de los electores con objeto de proporcionar un aval para la intervención de los políticos en todos los ámbitos de la vida de la gente sin que nadie reclame explicación alguna sobre medidas concretas aplicables. Llaman mercado a lo que no es mercado, es decir, a las relaciones de privilegio entre políticos, poder financiero y grandes grupos de presión que expolian a las clases medias y bajas a través del monopolio de emisión de moneda, de tributos confiscatorios y de millones de paginas de regulación en los boletines oficiales. La gente no es el mercado, dicen ciertos políticos. Se combate lo que denominan "totalitarismo de los mercados". El neoconcepto "mercantilización" excluye los acuerdos voluntarios entre individuos libres. A este paso, si una mayoría de electores es persuadida de que no forma parte del mercado, no existirá oposición alguna para dirigirlo y -en última instancia- prohibirlo. ¿Cómo?: inflando la moneda; controlando el crédito; estableciendo impuestos confiscatorios, precios máximos, salario mínimo; limitando el cambio exterior; aplicando el proteccionismo e implantando aranceles; aniquilando la libertad contractual; destruyendo el libre intercambio con extranjeros; vaciando de contenido el derecho de propiedad para derivar expropiando ante las cámaras de TV; expoliando a los productores; controlando todos los contenidos educativos de la enseñanza; promoviendo la doctrina del "decrecimiento sostenible" con falacias ecológicas; e implantando una sociedad suicida idólatra de "lo público" cuya juventud reclama su derecho a depender del Estado.