Aquí
tenemos un sencillo ejemplo actual para desarrollar el razonamiento de L.V.M.: No es democrático obligar a los consumidores a actuar de forma diferente a como
lo hubieran hecho espontáneamente:
El gobierno limitará alquilar viviendas durante las vacaciones.
La situación previa era la siguiente:
Los consumidores eligen. Algunos alquilan
apartamentos turísticos, otros casas rurales y pisos vacacionales de particulares, y otros van a
establecimientos hoteleros. Los demás nos quedamos en casa. Esto se denomina mercado.
Pero resulta que estas elecciones no son del agrado del gobierno.