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martes, 30 de marzo de 2010

Icebergs y Guillotinas


La estructura productiva de los países ricos es como un gran iceberg, cuya parte visible desde la superficie, representa el consumo. La parte sumergida representa todos los intercambios realizados en las etapas productivas precedentes al consumo.

Esta es la diferencia entre los países ricos y los países pobres: la cuota de capital per cápita; es decir: la acumulación de bienes de capital en etapas precedentes al consumo que, mediante los correspondientes procesos productivos, terminan proporcionando más y más bienes de consumo en el futuro. La diferencia pues, estriba en el tiempo y en el ahorro bien invertido. Esto sólo es posible en sociedades con marcos jurídicos donde se ha protegido la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos.

En esta recesión, por ejemplo Euskadi, está conservando más empresarios y trabajadores en las etapas más alejadas del consumo (parte sumergida del iceberg), que otras comunidades. Por eso la crisis (de momento) se presenta aquí con menos dureza. (¡Ya nos tocará!).
En Europa, Alemania tiene la estructura productiva más larga; es decir, tiene más porcentaje de empresarios y trabajadores ocupados en las etapas más alejadas del consumo final.
El PIB no recoge esto. Sólo recoge la parte visible del iceberg.
Si el PIB (Producto Interior Bruto), sólo ha caído un 3,5% en 2009 en todo el Estado, ¿cómo es que la facturación entre empresas ha caído un 30%? DIEZ VECES MAS QUE EL PIB, y ¿Cómo es que el desempleo ha aumentado –un 15%- en más de 2,5 millones de personas?
El PIB es un índice, que oculta lo que hace la mayoría de la gente.



Huerta de Soto - en el FOL 2009
La Contabilidad Nacional es otra “cagada Keynesiana”(JHS). Una cagada más del intervencionismo y estatismo imperante.
Un buen día se dijeron: vamos a meter la zarpa en las normas contables, y el resultado aquí lo tenemos. valoración de activos a un hipotético "precio razonable de mercado", en vez de - como se ha hecho toda la vida-, al precio de costo. 
Resultado: empresas contabilizando beneficios ficticios y quebradas por consumo de capital. 

El IPC, índice de precios al consumo, no incluye el precio de la vivienda ni otros activos financieros. 
Resultado: burbuja inmobiliaria gigantesca.

Volviendo al PIB, como señala el Profesor Huerta de Soto, sólo contabiliza los bienes y servicios de consumo finales y los bienes de capital que son vendidos directamente al consumidor.
El acero que produce hoy Arcelor de Sestao no es el mismo acero que lleva el vehiculo que está hoy en el concesionario.

Acería compacta de Sestao - Bizkaia
Para el PIB, los trabajadores de la acería compacta no existen.

El cálculo del PIB no tiene en cuenta lo que hacen y producen durante el ejercicio contable (el año natural), las tres cuartas partes de los trabajadores y empresarios (LA PARTE SUMERGIDA DEL ICEBERG). Deja fuera todas las etapas productivas anteriores al consumo, es decir, deja fuera el TIEMPO ECONÓMICO. 

Los gobiernos manejan un modelo "gilipollas" keynesiano-monetarista de flujo circular de la renta (el que estudiábamos hace más de 20 años y desafortunadamente, hoy también se sigue estudiando), que ignora el tiempo y donde sólo hay dos etapas productivas simultáneas: producción y consumo.

En realidad, la estructura productiva se sostiene con AHORRO.
El ahorro alarga de forma permanente las etapas temporales de la estructura productiva (la parte sumergida del iceberg), al contrario de lo que sucede con la expansión crediticia orquestada por gobiernos y bancos centrales sin respaldo de ahorro previo.

Es el ahorro lo que sostiene las inversiones, no el consumo.
Una economía sostenible solo puede fundamentarse en el ahorro real y voluntario que implica no consumir todo lo que se produce. El ahorro bien invertido es fundamento para la conservación y acumulación de capital. El ahorro remunera el trabajo del 75 % de los empleados en una economía avanzada.
Estos videos que circulan por internet ...




ilustran una economía que carece de ahorro, es decir, de bienes de capital: no tienen elevadores, ni gruas, ni fenwicks, ni cintas transportadoras, etc.
A primera vista puede parecer que si se sustituyen trabajadores por máquinas, se crearía desempleo. Error.
Lo que ocurre en esas economías es que la parte sumergida del iceberg es muy pequeña. Sus estructuras productivas son muy cortas. Y por tanto no hay trabajadores produciendo en las etapas más alejadas del consumo porque no existen tales etapas, al contrario de lo que ocurre, como antes he dicho, en Alemania, Cataluña, Madrid o Euskadi.
El proceso de acumulación de bienes de capital requiere ahorro real. Pero, el ahorro implica reducción del consumo, requiere sacrificio, tiempo y seguridad jurídica.
Sólo gracias al ahorro, se consigue que sean máquinas las que realicen el trabajo que, en estas imágenes, están ejecutando trabajadores con sus propias manos. El incremento de productividad eleva los salarios de todos los trabajadores. Y no sólo eso, todos los precios de los bienes producidos con esas máquinas, caen. Se liberan, por tanto recursos para contratar nuevos factores de producción. Hay más recursos disponibles, más bienes reales disponibles para emprender nuevos proyectos que antes no era posible emprender por falta de bienes de capital. Se consigue recolocar a esos mismos trabajadores, y diez veces más, en la fabricación de las máquinas (la parte sumergida del iceberg) y en la producción de otros bienes y servicios complementarios dedicados a la producción de nuevos bienes de consumo cuya producción se ha hecho posible gracias al ahorro.
Esto es lo que sucede en los denominados países ricos. Se llama, división del trabajo (o división intelectual de trabajo) y acumulación de capital.
Sólo sobre una base de ahorro se crea empleo sostenible.
Está a la vista de todo el que quiera verlo: LO REALMENTE IMPORTANTE ES EL AHORRO bien invertido, NO EL CONSUMO.




De hecho, digan lo que digan los gobiernos, a día de hoy, todo el que no ha perdido su empresa o su trabajo, está ahorrando.
¿Cómo se puede pensar que no es bueno a nivel global lo que es bueno a nivel individual?.
Cuestión diferente es el acertar en la inversión del ahorro, es decir, anticipar los deseos de los consumidores, pero eso no es, ni el punto fuerte de los gobiernos, ni asunto de esta entrada.
Sin embargo, algunos políticos “elegidos” creen haber sido informados por la Providencia acerca de “lo sostenible”. A ellos les ha sido cedida la llave del Paraíso Terrenal. Alguno, incluso, ha promulgado “La Ley de la economía sostenible

Primero, creen derramar el cuerno de la abundancia sobre los ciudadanos, en forma de expansión crediticia,


sustituyendo el ahorro por basura fiduciaria, ocultando la escasez real de factores de producción, destrozando toda la estructura productiva (la parte sumergida del iceberg), provocando sobreconsumo y convirtiendo la economía en maníaco-depresiva (auge-crisis-depresión y vuelta a empezar), y cuando el mercado pone de manifiesto el engaño, encima nos inducen a consumir:


-Leopoldo Abadía no le quita la razón.

-Sáenz de Santamaría ha destacado que "se cae el consumo.: ... "los precios son más caros, la gente compra menos, si no se compra no se vende, si no se vende no se fabrica y si no se fabrica no se crea empleo".




¡Y dále con "el flujo circular de la renta"!
No se enteran que con ese modelo absurdo solo se vé la parte no sumergida del iceberg y por tanto se fomenta el sobreconsumo. ¿Habrá leído esta gente, algo de Teoría del Capital?. Keynes (el economista idolatrado por todo occidente), según reconocía él mismo, desde luego, no lo hizo, y por ello nunca se enteró o no quiso enterarse de que la demanda de bienes de consumo se mueve en sentido inverso a la demanda de bienes de capital. Si se consume menos y se ahorra más, se invierte más para producir más y mejor en el futuro. Las empresas cercanas al consumo (la parte visible del iceberg) despedirán trabajadores, pero las empresas más alejadas del consumo (la parte sumergida del iceberg) contratarán a esos y más trabajadores.
No se puede consumir más y a la vez invertir más porque para invertir hay que ahorrar y para ahorrar hay que sacrificar parte del consumo presente.

Familias y empresas, a fecha de hoy, están ahorrando. Consumen menos. Ésta es la consecuencia de la crisis, no la causa. La causa fué la enorme expansión crediticia que produjo la ficción de que existía suficiente ahorro real para embarcarse en proyectos excesivos, precipitados y/o equivocados; es decir, en mala inversión. 
Ahorrar, (lo que algunos gobernantes están desincentivando), es precisamente lo que hacen hoy ciudadanos y empresas. Devolviendo créditos, guardando, atesorando, por si las moscas mientras se despeja la incertidumbre, reconvirtiendo sus empresas, desapalancándose, llevando los factores de producción a la fabricación de los productos más urgentemente demandados por los consumidores.

Otro cantar es que, en las actuales circunstancias, no falten gobiernos que, desvían recursos de los empresarios y trabajadores productivos al mantenimiento de cajas de ahorro, con falsa contabilidad, y al mantenimiento de otras empresas zombies. Se apropian del ahorro real de sus ciudadanos, taponando la canalización correcta "ahorro-inversión" y abriendo en su lugar la canalización suicida "ahorro-deuda pública"; para mantener su gigantesco y corrupto aparato burocrático.
Quizás, deberíamos encargar a nuestros vecinos del norte unas cuantas docenas de guillotinas.

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