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Antonio Escohotado, el gran filósofo libertario español cuya obra ilumina con maestría los laberintos del pensamiento humano, nos regala en este vídeo una analogía sublime: los socialismos y la planificación central —desde el comunismo hasta el fascismo— equivalen a decretar un infarto cerebral masivo. Con su elocuencia habitual, Escohotado desmonta la utopía colectivista al compararla con un colapso neuronal que paraliza el flujo vital de la sociedad. Es una imagen brillante, precisa y demoledora, que captura la esencia de por qué tales sistemas asfixian la libertad y la eficiencia. Esta idea, que Escohotado expone con la pasión de quien ha transitado los extremos —él mismo confesó haber sido de joven "más rojo que la muleta de un torero"—, resuena en las raíces del pensamiento austriaco. Ludwig von Mises la plasmó primero en su demoledor argumento del cálculo económico: sin precios libres formados por la acción voluntaria de millones, la planificación central ignora la realidad dispersa del mundo. Y Friedrich Hayek la elevó en su artículo sobre el uso del conocimiento en la sociedad, revelando que la información esencial no reside en un cerebro centralizado, sino en la red invisible de individuos soberanos. Dos caras de la misma moneda: el socialismo no falla por maldad, sino por imposibilidad epistemológica. Escohotado, con su trayectoria de converso iluminado, nos recuerda que la verdadera sabiduría nace de cuestionar dogmas. En un mundo tentado por el control, su metáfora nos urge a preservar el pulso dinámico de la libertad, evitando el infarto que mataría el ingenio humano.
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