Yo decido que entra en mi cuerpo (fotograma de Dallas Buyers Club) |
El Psiquiatra, profesor y escritor norteamericano Thomas Szasz sostiene que vivimos en Estados Terapéuticos.
Del mismo modo que antiguamente vivíamos en Estados Teocráticos, donde no existía una separación entre Religión y Gobierno, hoy vivimos en Sociedades donde no hay separación entre Medicina y Estado. Él lo llama Estados Terapéuticos.
Ambos constituyen una agresión brutal a la libertad de las personas y a su propiedad, empezando por la del propio cuerpo. Durante siglos la libertad religiosa no fué respetada. Las cuestiones de Fe eran demasiado importantes como para permitir la libre elección individual. Lo mismo sucede hoy con la sanidad y la salud, es decir, con las terapias, las drogas, los tratamientos médicos, vacunas,... etc. El Gobierno Teocrático imponía lo que había que introducir en la mente y el Estado Terapéutico impone lo que hay o no hay que introducir en el cuerpo.
Siempre que el ser
humano se empeña en construir -incluso democráticamente- la sociedad violando alguno de los tres derechos:
vida, libertad, propiedad, se termina pagando caro, en función del grado de violación de cada derecho.
En década de los 80, a Ron Woodroof - diagnosticado de SIDA- le pronosticaron 30 días de vida.
Un año despues:
Mathew McConaughey y Ron Woodroof |
7 años más tarde:
Un juez, abochornado, reprocha a la FDA sus tácticas de intimidación. Sin embargo, aún simpatizando con la situación de Woodroof, carece de competencia para intervenir en favor del demandante:
Un juez, abochornado, reprocha a la FDA sus tácticas de intimidación. Sin embargo, aún simpatizando con la situación de Woodroof, carece de competencia para intervenir en favor del demandante:
- Juez: "La FDA (equivalente a un Ministerio de Sanidad y Alimentación en Europa) se fundó para proteger a las personas, no para impedir que reciban ayuda. La Ley no tiene mucho sentido ... a veces"....
Entre medio, esta curiosa escena:
- Ron: "... ¡¡¡ esta mierda sí que te pudre por dentro! ... vaya sorpresa, aprobado por la FDA!!!"
Todo, absolutamente todo lo referente a medicina, drogas, salud o sanidad debe ser aprobado por el Estado: terapias, estrategias clínicas, tratamientos médicos, licencias, docencia, administración de drogas o sustancias que ellos califican como tales, teorías médicas aplicables, etc. Si el Estado acierta, acertaremos todos. Si el Estado fracasa, fracasamos todos. No hay forma legal de zafarse.
En el mercado, no todo proyecto empresarial, de cualquier chiflado merece y consigue financiación. Finalmente, son los consumidores los que revalidan nuevas tecnologías y nuevos productos (no los políticos). La democracia, la regla de la mayoría, no es un método ni remotamente válido para decidir entre tratamientos médicos En lo concerniente a Sanidad, el Estado se enfrenta a un peliagudo dilema. Si todo depende del gobierno, forzosamente tendrá que elegir y dejar fuera el resto. El gobierno ha de elegir, porque se ha subrogado en la posición del paciente o usuario (consumidor de servicios sanitarios, medicamentos, narcóticos, vacunas, etc) y por tanto, los recursos coactívamente recaudados en concepto de impuestos serán dirigidos a financiar una elección hecha por gobernantes en lugar de una elección realizada por consumidores/pacientes. Si el Estado falla con la prevención o terapia ¿se muere el Estado? pues no; mueren los usuarios/pacientes.
Szasz dice: "vivimos en un sistema político basado en la contradictoria premisa de que las personas son lo suficientemente competentes como para elegir a sus propios representantes, que han de gobernarlos, pero recelan tan profundamente de su propia competencia a la hora de manejar drogas, que delegan en sus representantes electos el derecho a permitirles utilizar las drogas que el Estado juzgue buenas para ellos, y prohibirles utilizar las drogas que juzgue malas".
El gobernante no investiga, no da clase, no produce fármacos, no se pone la bata blanca en consultas y hospitales. Para todo esto necesita agentes. Todos no pueden ser sus agentes. Nos han anestesiado la parte del cerebro que reconoce la naturaleza coercitiva del gobierno. Cuando el Estado promulga una norma, ésta es respaldada por una amenaza de la fuerza. El gobierno regula, subvenciona, prohíbe y autoriza. Y para ello selecciona agentes que impongan sus regulaciones. Emplea la coacción para recaudar y dirige la financiación según su elección porque los ciudadanos hemos delegado esta función. En lo que respecta a sanidad, solo es ciencia lo que decide el Estado. Sin embargo, el proceso de competencia de un mercado libre, no intervenido, tiene el potencial de descubrir fraudes mil años luz antes que cualquier político o burócrata. Sin embargo, en el actual sistema, hecha la elección, el gobernante paraliza la investigación de lo que queda fuera; y/o prohíbe o criminaliza su producción y comercialización o bien la desincentiva con regulaciones, impuestos especiales y/o gravámenes confiscatorios. El resultado es lo que tenemos ahora: Agentes de los Gobiernos -es decir, Multinacionales Farmacéuticas- que controlan la investigación y la docencia, y un sistema sanitario basado en la enfermedad en lugar de en la salud, que cronifica enfermedades y mantiene a los ciudadanos ignorantes y dependientes de él.
Szasz dice: "vivimos en un sistema político basado en la contradictoria premisa de que las personas son lo suficientemente competentes como para elegir a sus propios representantes, que han de gobernarlos, pero recelan tan profundamente de su propia competencia a la hora de manejar drogas, que delegan en sus representantes electos el derecho a permitirles utilizar las drogas que el Estado juzgue buenas para ellos, y prohibirles utilizar las drogas que juzgue malas".
19-5-2015- Antes del tratamiento con marihuana, el niño tenía 250 espasmos diarios |
El gobernante no investiga, no da clase, no produce fármacos, no se pone la bata blanca en consultas y hospitales. Para todo esto necesita agentes. Todos no pueden ser sus agentes. Nos han anestesiado la parte del cerebro que reconoce la naturaleza coercitiva del gobierno. Cuando el Estado promulga una norma, ésta es respaldada por una amenaza de la fuerza. El gobierno regula, subvenciona, prohíbe y autoriza. Y para ello selecciona agentes que impongan sus regulaciones. Emplea la coacción para recaudar y dirige la financiación según su elección porque los ciudadanos hemos delegado esta función. En lo que respecta a sanidad, solo es ciencia lo que decide el Estado. Sin embargo, el proceso de competencia de un mercado libre, no intervenido, tiene el potencial de descubrir fraudes mil años luz antes que cualquier político o burócrata. Sin embargo, en el actual sistema, hecha la elección, el gobernante paraliza la investigación de lo que queda fuera; y/o prohíbe o criminaliza su producción y comercialización o bien la desincentiva con regulaciones, impuestos especiales y/o gravámenes confiscatorios. El resultado es lo que tenemos ahora: Agentes de los Gobiernos -es decir, Multinacionales Farmacéuticas- que controlan la investigación y la docencia, y un sistema sanitario basado en la enfermedad en lugar de en la salud, que cronifica enfermedades y mantiene a los ciudadanos ignorantes y dependientes de él.
Thomas Szasz |
Thomas Szasz se pregunta:
"¿Cómo pudo haber sucedido esto, teniendo en cuenta el paralelismo que existe entre la libertad de cada uno para ponerse cosas en la mente y la restricción por parte del Estado, a través de la censura de prensa, y la libertad de cada uno para introducirse cosas en el cuerpo y las restricciones por parte del Estado, a través del control de medicamentos y drogas?"
"La respuesta a estas preguntas se encuentra, básicamente, en el hecho de que la nuestra es una sociedad terapéutica, casi en el mismo sentido en que la sociedad medieval española era teocrática. Así como hombres y mujeres viviendo en una sociedad teocrática no creían en la separación entre Iglesia y Estado, sino que, por el contrario, aceptaron fervientemente su unión, del mismo modo, nosotros, viviendo en una sociedad terapéutica, no creemos en la separación entre la Medicina y el Estado, sino que aceptamos su unión fervientemente..."
"¿Cómo pudo haber sucedido esto, teniendo en cuenta el paralelismo que existe entre la libertad de cada uno para ponerse cosas en la mente y la restricción por parte del Estado, a través de la censura de prensa, y la libertad de cada uno para introducirse cosas en el cuerpo y las restricciones por parte del Estado, a través del control de medicamentos y drogas?"
"La respuesta a estas preguntas se encuentra, básicamente, en el hecho de que la nuestra es una sociedad terapéutica, casi en el mismo sentido en que la sociedad medieval española era teocrática. Así como hombres y mujeres viviendo en una sociedad teocrática no creían en la separación entre Iglesia y Estado, sino que, por el contrario, aceptaron fervientemente su unión, del mismo modo, nosotros, viviendo en una sociedad terapéutica, no creemos en la separación entre la Medicina y el Estado, sino que aceptamos su unión fervientemente..."
Y Szasz continua:
"Creo que así como consideramos la libertad de expresión y religiosa como derechos fundamentales, el derecho a la automedicación también debiera ser considerado como un derecho fundamental; en lugar de oponernos con mentiras o de hacer una estúpida promoción de las drogas ilegales deberíamos, parafraseando a Voltaire, hacer de esta máxima nuestra regla": «¡No estoy de acuerdo con lo que usted toma, pero defenderé hasta la muerte su derecho a hacerlo!».
"Creo que así como consideramos la libertad de expresión y religiosa como derechos fundamentales, el derecho a la automedicación también debiera ser considerado como un derecho fundamental; en lugar de oponernos con mentiras o de hacer una estúpida promoción de las drogas ilegales deberíamos, parafraseando a Voltaire, hacer de esta máxima nuestra regla": «¡No estoy de acuerdo con lo que usted toma, pero defenderé hasta la muerte su derecho a hacerlo!».
El Estado Terapéutico, un agresor contra el individuo y su propiedad.
Escohotado
Antonio Escohotado, autor de Los Enemigos del Comercio, Historia General de las Drogas y traductor y prologista de uno de los libros de Szasz, escribió:Escohotado
Antonio Escohotado |
"Perdida la fe en monarcas por decreto divino, hace siglos pensamos que proteger nuestras personas y bienes - nuestra propiedad- es la razón última para acatar leyes y gobernantes."
"Con todo, lo que hace de algo un bien, es nuestro quererlo como tal, el animus possedendi, y aquí no caben suplantaciones sin incurrir en fraude. También es evidente que, en contraste con los cuadrúpedos de rebaño, ser un ciudadano adulto supone derecho a disponer de sí o del propio cuerpo, reconociéndose todos la propiedad de cada uno sobre su singular persona. Dado que las drogas han sido, y son, bienes o cosas queridas del mundo exterior para un incalculable número de personas, y dado que retirarlas del lícito intercambio atenta contra el derecho a disponer de sí o del propio cuerpo, resulta que cualquier guerra contra ellas es una guerra contra la propiedad ..."[.]
"...Semejante despojo pasa por la salvaguarda del interés común, mostrando hasta qué punto es peculiar la relación actual de gobernante y gobernado. En principio, aquél debe lograr que bienes y personas de cierto grupo no sufran menoscabo o coacción; sin embargo, algo más tarde - ahora mismo- , para que no sufran menoscabo o coacción el gobernado debe seguir directrices del gobernante cuando decide qué hará de su piel hacia dentro, y que bienes le parecen tales. En otras palabras, ya no es protegido de otros tanto como de sí mismo. Y su propiedad -tanto en sentido nuclear como mercantil- queda a merced de definiciones ajenas... [.] Acatado esto lo demás sigue solo. Para empezar, todo tipo de muebles, inmuebles y semovientes empiezan a ser incautados ... [.] ..."más derechos inútiles de voto por menos derechos personales decisivos" , comenta Szasz. ¿Qué derechos decisivos?. Los que empiezan en la autonomía del placer propio y acaban en la autonomía para resolver manera y momento de la propia muerte. Basta mirar en torno para ver que los adultos sanos no pueden tomar las drogas que desean, ni los enfermos rechazar las que no desean. Unos y otros son niños al cuidado de tutores, técnicamente especializados en explotar cada mínima fibra de su cobardía".
Del Post: Drogas, Estatismo, Prohibiciones y Teoría Económica |
He aquí un ejemplo de la explotación por los agentes estatales de esa cobardía que mencionan ambos autores:
Política, Patentes, Intervencionismo en favor de Multinacionales Farmacéuticas
Política, Patentes, Intervencionismo en favor de Multinacionales Farmacéuticas
Los gobiernos están a punto de conseguirlo: promulgarán leyes y reglamentos con prohibiciones e impuestos confiscatorios. Miles de fumadores que habían empezado a explorar este nuevo producto ya lo han abandonado, regresando a su antiguo hábito (mortal a medio/largo plazo), desde donde El Estado Terapéutico pone a su disposición las - lucrativas - terapias que tiene bajo su control.
El texto anterior hace referencia a las patentes de las Multinacionales Farmacéuticas.
Bien, las patentes no son un instrumento o institución de libre mercado. Las patentes son privilegios que conceden los Estados. Las patentes son contrarias a la libertad y al progreso económico.
Miren lo que ha hecho Elon Musk, el propietario de Tesla, empresa que ha lanzado al mercado la batería eléctrica para hogares: ¡¡¡ha regalado sus patentes!!!
La autora del blog, Vapor y Ciencia publica un post de Derek Yack, defensor del e-cig (repito, defensor del vapeador electrónico), fue profesor de Salud Pública en Yale y antiguo activista anti-tabaco. Aquí un extracto:
Este párrafo de Yack, del cuadro de arriba, a pesar de venir de un defensor de un producto elegido libremente por los consumidores (el cigarro electrónico), es representativo del Estado Terapéutico y merece algún comentario. La responsabilidad y la libre elección del consumidor no las menciona. Es como si pensara que el asunto y las decisiones finales han pasado al nivel superior: entre políticos, empresas y grupos organizados capaces de influir en los primeros. ¿Que sistema es este en el cual las empresas han de dedicar recursos para confundir a los responsables políticos?
Hasta hoy, las "empresas del e-cig buenas", si es que pretendían permanecer en el mercado, a quien no trataban de confundir era a sus clientes; los políticos y grupos de presión estaban al margen. El lucro, concrétamente, las pérdidas y ganancias, son la única señal, emitida al mercado por anteriores y actuales emprendedores y captada por los posteriores para no retrasar el progreso, es decir, para ofrecer los bienes y servicios más urgentemente demandados por los consumidores. El sistema de mercado no intervenido consiste en perpetuos desajustes donde aparece el lucro y ajustes que lo hacen desaparecer; y así sucesivamente. Destrucción creativa se llamó a esto: la innovación sustituye lo obsoleto. Pero siempre reválidado por el consumidor. Así podemos atestiguarlo los consumidores de e-cig que llevamos en esto varios años. En un sistema de intercambios libres, ambas partes se lucran, por tanto ambas partes progresan. En caso contrario no habría intercambios. Todas las empresas de todos los sectores tratan de lucrarse y, sin intervención institucional, las que no desaparecen son las que mejor satisfacen las necesidades de los consumidores, no de los políticos. Es cierto, y lo veremos a partir de la promulgación de la nueva legislación del e-cig, que entre las que desaparecerán también las habrá que, aún satisfaciendo las necesidades de los consumidores, no colmarán las de los políticos y sus agentes. Desaparecerán por culpa del Estado Terapéutico. Y en este contexto está Derek Yack.
Una vez que interviene el Estado, los consumidores ya no tenemos poder, ya no dirigimos la producción (comprando o dejando de comprar). Ahora productores y vendedores de este sector tratan a la desesperada de convencer a los políticos para sobrevivir. Se someterá al cigarrillo electrónico a severas prohibiciones y a una carga impositiva muy superior al resto de productos de consumo. Un robo supremo. Una coacción intolerable. Siempre por nuestro propio bien.
¿Por qué en este contexto los consumidores de e-cig somos un cero a la izquierda?
Porque hemos cedido nuestra libertad al Estado Terapéutico (como vengo exponiendo en todo el post). Y la nicotina, al igual que los medicamentos y la calificación de tabaquismo (adicción a la nicotina) como enfermedad que necesita terapia (su terapia), van incluidos en la cesión. Hemos cedido nuestra libertad, dice Szasz más arriba: "más derechos inútiles de voto por menos derechos personales decisivos"
"Si quieres dejar de fumar, necesitas mis fármacos" denuncia Guillermo (médico psiquiatra) miembro de M.O.V.E. Medical Organizations supporting Vaping and Electronic cigarettes |
El texto anterior hace referencia a las patentes de las Multinacionales Farmacéuticas.
Bien, las patentes no son un instrumento o institución de libre mercado. Las patentes son privilegios que conceden los Estados. Las patentes son contrarias a la libertad y al progreso económico.
Miren lo que ha hecho Elon Musk, el propietario de Tesla, empresa que ha lanzado al mercado la batería eléctrica para hogares: ¡¡¡ha regalado sus patentes!!!
Tesla, empresa fabricante de coches eléctricos y la batería para hogares, libera sus patentes Tesla Motor, en palabras del Profesor Rallo, acaba de lanzar un potente mensaje a todos los gobiernos y empresas del planeta: abandonen el monopolio estatal de las ideas y abracen el libre mercado innovador. |
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A corto plazo, (si hacemos caso al profesor Enrique Ghersi, que dice que, en política, los cambios sociales no destructivos sólo son posibles de forma incremental o marginal), entonces, la escasa probabilidad de cambio tiene que venir desde dentro:
Carmen Escrig, Doctora en Biología Celular y Genética por la Universidad Autónoma de Madrid y autora del Blog Vapor y Ciencia |
El producto Cigarro Electrónico y Economía para Burócratas
Este párrafo de Yack, del cuadro de arriba, a pesar de venir de un defensor de un producto elegido libremente por los consumidores (el cigarro electrónico), es representativo del Estado Terapéutico y merece algún comentario. La responsabilidad y la libre elección del consumidor no las menciona. Es como si pensara que el asunto y las decisiones finales han pasado al nivel superior: entre políticos, empresas y grupos organizados capaces de influir en los primeros. ¿Que sistema es este en el cual las empresas han de dedicar recursos para confundir a los responsables políticos?
Hasta hoy, las "empresas del e-cig buenas", si es que pretendían permanecer en el mercado, a quien no trataban de confundir era a sus clientes; los políticos y grupos de presión estaban al margen. El lucro, concrétamente, las pérdidas y ganancias, son la única señal, emitida al mercado por anteriores y actuales emprendedores y captada por los posteriores para no retrasar el progreso, es decir, para ofrecer los bienes y servicios más urgentemente demandados por los consumidores. El sistema de mercado no intervenido consiste en perpetuos desajustes donde aparece el lucro y ajustes que lo hacen desaparecer; y así sucesivamente. Destrucción creativa se llamó a esto: la innovación sustituye lo obsoleto. Pero siempre reválidado por el consumidor. Así podemos atestiguarlo los consumidores de e-cig que llevamos en esto varios años. En un sistema de intercambios libres, ambas partes se lucran, por tanto ambas partes progresan. En caso contrario no habría intercambios. Todas las empresas de todos los sectores tratan de lucrarse y, sin intervención institucional, las que no desaparecen son las que mejor satisfacen las necesidades de los consumidores, no de los políticos. Es cierto, y lo veremos a partir de la promulgación de la nueva legislación del e-cig, que entre las que desaparecerán también las habrá que, aún satisfaciendo las necesidades de los consumidores, no colmarán las de los políticos y sus agentes. Desaparecerán por culpa del Estado Terapéutico. Y en este contexto está Derek Yack.
Una vez que interviene el Estado, los consumidores ya no tenemos poder, ya no dirigimos la producción (comprando o dejando de comprar). Ahora productores y vendedores de este sector tratan a la desesperada de convencer a los políticos para sobrevivir. Se someterá al cigarrillo electrónico a severas prohibiciones y a una carga impositiva muy superior al resto de productos de consumo. Un robo supremo. Una coacción intolerable. Siempre por nuestro propio bien.
¿Por qué en este contexto los consumidores de e-cig somos un cero a la izquierda?
Porque hemos cedido nuestra libertad al Estado Terapéutico (como vengo exponiendo en todo el post). Y la nicotina, al igual que los medicamentos y la calificación de tabaquismo (adicción a la nicotina) como enfermedad que necesita terapia (su terapia), van incluidos en la cesión. Hemos cedido nuestra libertad, dice Szasz más arriba: "más derechos inútiles de voto por menos derechos personales decisivos"
Así pues, es cristalina y patente la verdad que encierra la última frase de Escohotado referida a niños al cuidado de tutores especializados. Eso es lo que somos. Y tres cuartos de lo mismo la contradicción que señala Szasz cuando dice que vivimos en un sistema que nos capacita para elegir políticos que luego nos incapacitan para elegir lo que consumimos.
Incluso entre los que se posicionan rotundamente a favor de este "aparatito electrónico", como el profesor Derek Yack, la ignorancia del proceso de surgimiento de un producto es manifiesta. El desarrollo de este dispositivo electrónico se ha producido sin intervención, estatal ni gubernamental de ninguna clase, ni de medios de comunicación ya establecidos. Ha sido gracias a la globalización facilitada por internet.
En un "Time-lapse" que comprende los últimos 7 u 8 años, partiendo de una sencilla invención, millones de consumidores, libres y responsables, huyendo de los daños producidos por lo que ellos llaman "tabaquismo", y sin intervención -como dice Yack- de "políticos confundidos" hemos ido formalizando millones de contratos libres y voluntarios con centenares de productores libres en todo el mundo. A través del proceso de prueba y error y sin más legislación que la aplicable a cualquier producto de consumo, se ha llegado a un nivel tecnológico tal, que hoy día el producto (e-cig) que acaba de sacar nada menos que la poderosa multinacional Philip Morris (adelantándose a la promulgación de la nueva legislación), a todos los usuarios nos parece un monumental "churro", tal y como cuenta Ruades en el video enlazado abajo. La nueva regulación paralizará la evolución espontanea y la investigación. Los políticos, (a través de los economistas), saben que los bienes de capital (los que se utilizan para producir otros bienes) pueden ser complementarios (no se habría inventado el motor de explosión sin el descubrimiento previo de la gasolina). Cada pequeño avance o descubrimiento produce sinergias que mas temprano que tarde son aprovechadas por otros competidores que dan lugar a nuevos y mejores productos y más baratos, como bien sabemos los consumidores en este sector. La señal para que esto ocurra así, mas temprano que tarde, son los beneficios empresariales Pues bien, todo eso ... ¡al carajo! Todo el proceso desarrollado estos años sin daño alguno observable para ningún consumidor, sin la tutela de órganos políticos, frenado en seco por políticos. Volveremos a la prehistoria pero, con un buen cargamento de impuestos que engordará las arcas de nuestros benefactores del Estado Terapéutico. Volveremos a esto:
Naturalmente la publicidad del e-cig estará prohibida, como ya lo está la de los medicamentos o el tabaco. En palabras del profesor Gabriel Calzada, "resulta paradójico que uno de los efectos perversos menos conocidos de este sistema estatista de financiar y dirigir la sanidad es la abolición de uno de los verdaderos derechos fundamentales del ser humano: la libertad de expresión en su vertiente de derecho a informar al prójimo. Y es que por totalitario que pueda parecer, en la U.E. existe prohibición expresa de informar directamente a los pacientes y al público en general acerca de las propiedades de las medicinas para las que el estado decide que sólo pueden ser vendidas mediante prescripción médica... Esto mantiene a millones de ciudadanos europeos desinformados sobre las diferencias entre fármacos o la existencia de nuevos y mejores medicamentos para el tratamiento de sus enfermedades". ("Más derechos inútiles de voto por menos derechos personales decisivos", recuerden) ..."lo más triste es que mantener al paciente en un estado de ignorancia es precisamente el objetivo de esta directiva europea. El sistema de seguridad social no puede aguantar el coste financiero que supondría el que los pacientes exijan las más avanzadas terapias existentes y ante esta situación quienes nos gobiernan han decidido que lo mejor es mantener desinformada a la población para así salvar su sistema".
Naturalmente, ellos lo hacen para proteger al usuario/paciente/consumidor; por su propio bien. Los consumidores pueden ser engañados por su incapacidad para interpretar información de tipo médico.
Por cierto, esto último no cuadra mucho con la Ley del Jurado donde ciudadanos de cualquier profesión forman parte de Jurados en procedimientos penales, con poder para enviar a alguien a prisión. Se puede vencer la ignorancia en asuntos en los que no se es especialista sin delegar la responsabilidad en burócratas y políticos.
Los productores y vendedores de cigarrillos electrónicos no tienen permitido publicitar en sus tiendas y páginas web que su producto ayuda a dejar de fumar, a pesar de lo atestiguado por decenas de miles de vapers en docenas de foros de internet. Al ser considerado el tabaquismo (acto voluntario) como una enfermedad, decir de algo que ayuda a dejar de fumar sería una "terapia". Así es tanto en Europa como en EEUU.
Y ya estamos atrapados!
Todo empezó con la Federal Food, Drug and Cosmetic Act de 1938. En palabras de Dr. Thomas Szasz: "esta ley incapacitaba tanto a pacientes como a médicos para juzgar legítimamente que debería considerarse "terapéutico". Lo que resultaba decisivo, por el contrario, era la ciencia médica de los estatistas. Los burócratas del gobierno se convirtieron en árbitros últimos de qué eran drogas terapéuticas y tratamiento médico legítimo en general. En consecuencia, el paciente perdió su derecho a las drogas tradicionalmente disponibles en el libre mercado; el médico perdió su libertad para tratar a su paciente como juzgara apropiado, sometido tan sólo al consentimiento de éste; y la profesión médica perdió su integridad como organización independiente de los antojos políticos de tribunos populistas"
Prohibición de Publicidad
Naturalmente, ellos lo hacen para proteger al usuario/paciente/consumidor; por su propio bien. Los consumidores pueden ser engañados por su incapacidad para interpretar información de tipo médico.
Por cierto, esto último no cuadra mucho con la Ley del Jurado donde ciudadanos de cualquier profesión forman parte de Jurados en procedimientos penales, con poder para enviar a alguien a prisión. Se puede vencer la ignorancia en asuntos en los que no se es especialista sin delegar la responsabilidad en burócratas y políticos.
Sólo el Estado decide lo que es terapéutico
Y ya estamos atrapados!
Todo empezó con la Federal Food, Drug and Cosmetic Act de 1938. En palabras de Dr. Thomas Szasz: "esta ley incapacitaba tanto a pacientes como a médicos para juzgar legítimamente que debería considerarse "terapéutico". Lo que resultaba decisivo, por el contrario, era la ciencia médica de los estatistas. Los burócratas del gobierno se convirtieron en árbitros últimos de qué eran drogas terapéuticas y tratamiento médico legítimo en general. En consecuencia, el paciente perdió su derecho a las drogas tradicionalmente disponibles en el libre mercado; el médico perdió su libertad para tratar a su paciente como juzgara apropiado, sometido tan sólo al consentimiento de éste; y la profesión médica perdió su integridad como organización independiente de los antojos políticos de tribunos populistas"
Por último, para terminar, una reseña: el Estado Terapéutico, digamos, forma parte del "Problema de la Autoridad Política":
The Problem of Political Authority
Libro del profesor y filósofo Michael Huemer (que tengo pendiente y del que solo he podido leer algún extracto (aún no está traducido).
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* Para más información del e-cig desde otros puntos de vista:- M.O.V.E.
- Vapor y Ciencia
- Vapeando.com
- Anesvap.org
- Unión de promotores y empresarios del vapeo
- Soy Vapeadora
- En el video de abajo, (modo ironic on) a partir del minuto 8 : la versión "light" del Problema de la Autoridad Política:
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