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miércoles, 29 de abril de 2009

¿Que pasa, que no puede fabricar el pais más dinero? ó ¿Como va esto? (Andy & Lucas)


Fue entonces cuando Andyrepentinamente iluminado,
se puso muy serio y se dirigió a la entrevistadora:
-"Oye, tú que tienes estudios...", empezó la frase, con toda la modestia
de que sólo la infinita sabiduría es capaz.
Y remató:

-"¿QUÉ PASA, QUE NO PUEDE FABRICAR EL PAÍS MÁS DINERO O CÓMO VA ESTO?".

Bien, vale .... No lo saben Andy y Lucas (ni tienen porque saberlo). Y no lo sabe el periodista que publica el artículo, que realmente no tiene ni zorra idea de cual es la respuesta a la pregunta de Andy puesto que, si no, la hubiera respondido.
¿Por qué los actuales “Estados del Bienestar” no pueden permitir que quiebren las entidades financieras y sin embargo el resto de empresas, sí que se pueden ir al carajo?

¿Esto funciona así, fatal e inexorablemente, “por designio Divino”?. Lo cierto es que funciona así porque la inmensa mayoría de los ciudadanos no sabe como funciona. Si conocieran el "mamoneo", otro gallo nos cantaría.

¿Sabe usted lo que es el curso forzoso? ¿Sabe usted que es el coeficiente de caja fraccionario? ¿Sabe lo que es un sistema financiero de reserva fraccionaria con Banco Central como prestamista de última instancia? ¿Sabe cómo funciona un sistema monetario de papel moneda sin respaldo metálico? ¿Conoce usted el contrato de "préstamo a la vista"? ¿Cree usted que deposita su dinero en el banco, o por el contrario cree que se trata de un préstamo que usted otorga al banco?.
Si todos fuéramos conscientes de estos asuntos, no permitiríamos que políticos y burócratas, perpetraran tal manipulación del dinero y el crédito. 
El sistema de reserva fraccionaria es el que permite a los bancos prestar o invertir el dinero que sus clientes "depositan" en sus cuentas corrientes a la vista, estando obligados únicamente a mantener en reserva una pequeña fracción para atender a los clientes que demandan efectivo, o sea, a los clientes que sacan la pasta por las ventanillas y cajeros automáticos. Se supone que con mantener esta fracción en reserva, ya tienen suficiente para atender las demandas habituales y si no, tienen detrás al prestamista de última instancia: El Banco Central, que en realidad es el deudor de primera instancia. Sí, si, el deudor de primera instancia, porque, para empezar, todo el papel moneda circulante es un pasivo de su balance. Pero, volviendo al tema, esa fracción se llama encaje o coeficiente de caja. El Banco Central Europeo determina dicho coeficiente y en la actualidad es un 2%. De manera que un banco puede prestar el 98% de un depósito a la vista previo. No, espere. Resulta que los bancos no necesitan un depositante previo para poder prestar. ¿No lo sabía? Pues eso. Es lo que estoy diciendo, que el sistema funciona así porque la peña desconoce su funcionamiento. 
Si el saldo de su libreta de ahorro, jurídicamente es un titulo de propiedad, eso de prestárselo a otro debería ser ilegal ¿no?. Pues no lo es. Claro, porque en realidad es un derecho de crédito contra el banco. Lo que usted cree que es un depósito es en realidad un préstamo a la vista que usted otorga al banco.
¿Qué hacen exactamente los bancos?
Crean directamente el mal denominado "depósito" a la vista cuando prestan, manteniendo el encaje legal, llegando, así, a multiplicar por 50 la base monetaria creada por el banco central (que a su vez, también hace lo mismo, no se crean ustedes; pero, a la orden del gobierno, naturalmente). Cuando el prestatario gasta el importe del préstamo, transmite dicho importe anotado en cuenta del depósito creado por el banco a otro titular, quedando el banco obligado a la vista a favor del nuevo "propietario" por ese mismo importe, quien puede exigir a la vista su conversión en papel moneda o volver a gastarlo, es decir,  transmitirlo, y depositarlo en otra o en la misma entidad bancaria. Sin embargo, cuando el banco invierte a largo, el prestatario no devolverá el importe hasta dentro de varios años (el periodo de tiempo pactado con el banco). Es decir, los que reciben el dinero en segunda, tercera o cuarta instancia, están gastando hoy esa "nueva liquidez" -creada por los bancos- en bienes y servicios (actuales; ya creados), pero resulta que los bienes y servicios que podrían justificar (para evitar la inflación) la creación de esa nueva "liquidez" no se han producido todavía, y es probable que no se produzcan nunca (crisis recurrentes provocadas por las actuales expansiones monetarias).
Hoy en día los billetes del banco central ya no están respaldados por oro o plata. Pero es que ni siquiera los depósitos están respaldados por papel moneda. Este sistema es como un camión sin frenos cuesta abajo, imparable hacia el desastre. Es intrínsecamente ilíquido.
Y lo peor es que las leyes de curso forzoso nos obligan a todos a aceptar como medio liberatorio de pago (es decir, como dinero) esos billetes y esos depósitos (deudas) sin respaldo, no convertibles en un bien presente con valor económico independiente del emisor. No hay forma de parar la cadena crediticia irregular.
Los bancos no se someten a la legislación a la que nos sometemos el resto de los ciudadanos y empresas. Tienen la suya propia. Privilegios Estatales a entidades privadas para poder financiarse "by the face". El Código Penal no está hecho para ellos (ni el Mercantil, ni el Civil). Ellos no tienen obligación de pagar sus deudas nunca (o casi). ¿Por qué?. 
Porque, como acabo de decir, los políticos necesitan a los bancos para financiar sus mega-proyectos, inflando lo que haga falta la masa monetaria, provocando en el mejor de los casos una cronica inflación de precios que abarata su deuda y que, de paso, descoordina temporalmente las acciones de ahorradores, inversores y consumidores. A los políticos no les basta con los impuestos. Con sus engendros financiero-fiscales se apropian de los recursos ahorrados por otros, y lo hacen a través de sus Bancos Centrales y de todo el sistema financiero.
Introducen sus torpes zarpas, manipulan el dinero –medio de cambio indirecto y depósito de valor-, falsean el ahorro real de la sociedad y alteran los precios relativos de las mercancías. Nos expropian ante nuestras narices y no nos enteramos.
Y cuando todo se les va de las manos, una vez inundado el mundo de miles de trillones de toneladas de papelitos, se reúnen y nos cuentan la milonga de que todo es culpa del capitalismo salvaje y del “neo-nosequé” y el neo-nosecuantos”. Y lo peor es que cuela. No podemos ser más gilipollas.

El caso es que a los bancos se les permite violar los Principios Generales del Derecho; no se someten a la legislación civil y mercantil a la que están sometidas el resto de empresas. Y el primer violador es el propio Banco Central, el banco de los gobiernos y director de todo el robo organizado. 

Esta es la cláusula primera de un contrato de libreta de ahorro del BBVA (pongo este banco porque tengo a mano el contrato):

“...el presente contrato tiene carácter de “apertura de cuenta” sin perjuicio de cual sea su denominación comercial que tendrá meros efectos de contabilización o de identificación interna bancaria”.

¿Esto que coño es?, ¿un contrato de depósito?, ¿un contrato de préstamo o mutuo?, Desde luego, el cliente que lo firma no lo sabe porque ni siquiera lo lee.
Los clientes del banco creen que firman un contrato de depósito (irregular, puesto que el dinero es un bien fungible) pero lo cierto es que no lo es. Los bancos saben donde encajarlo: es un préstamo a la vista, pero se hacen los tontos, puesto que dicen: ”sin perjuicio de cual sea su denominación comercial”.

El coeficiente de caja, debería ser del 100 % para todos los genuinos contratos de depósito ¿Por qué no lo ponen?. Si no es un depósito, que lo digan ¿donde diablos están los juristas?.

Y así, tranquilamente, los bancos se endeudan a corto plazo mientras prestan a largo plazo. Sus deudas, que son nuestros depósitos, (y medios de pago), vencen antes que los préstamos que conceden. al vencimiento, se paga todo con más crédito (cadena crediticia irregular). No existe un pago final con un bien presente independiente del emisor. Esto, cada cierto tiempo, termina siendo insostenible por más que sus deudas sean refinanciadas con liquidez de nueva creación proporcionada por el banco central. Se producen crisis financieras y las inevitables recesiones económicas recurrentes porque los ciudadanos no tenemos el medio para evitarlo: exigir la conversión del papel moneda en un bien presente (oro o plata, o cualquier otro líbremente determinado por el mercado).
Es un privilegio absurdo, mantenido por Gobiernos y Bancos Centrales, que permanentemente refinancian el sistema creando más y más medios de intercambio (no se le puede llamar dinero). La justificación de esta tropelía es la financiación del Estado* cuando ya les resulta imposible utilizar la mas visible e impopular financiación por medio de impuestos. 
Como digo, los bancos son intrínsicamente ilíquidos. El banco central se ve obligado a poner nueva liquidez (nuevo dinero) en circulación refinanciando continuamente la deuda a corto de los bancos. Digan lo que digan los "expertos", los bancos crean "dinero" por la cara. Vale, no es dinero. Crean medios de intercambio, pero de curso forzoso con poder de apropiarse del ahorro ajeno.
Una patada en el "trasero" de los Principios Generales del Derecho".
El Banco Central al que llaman prestamista de última instancia, es el mayor deudor de la historia universal. Con todo este "mamoneo", el gobierno, a través del sistema financiero expande la masa monetaria creando un auge económico ficticio, y la contrae (la masa monetaria) en periodos de recesión, como si fuera goma de mascar. Si los préstamos resultan impagados y no se renuevan, la masa monetaria se contrae. Las consecuencias son catastróficas. Cientos de miles de malas inversiones. Tasas enormes de desempleo y destrucción de bienes de capital. Y todo ello sin mencionar que la unidad monetaria es también unidad de cuenta de la contabilidad empresarial. De modo que lo que consiguen es descojonar, con perdón, todo el cálculo económico, o sea, la contabilidad empresarial. No hay forma de obtener una referencia clara del valor de las cosas.

No es cierto que manteniendo el 100% de coeficiente de caja para depósitos a la vista, los bancos se conviertan en meros depositarios de dinero. Los bancos pueden y deben prestar lo que sus clientes les prestan (a plazo o a la vista). Pueden prestar lo que les prestan a la vista, pero siempre con conocimiento, consentimiento y a riesgo del cliente. Este no sería un contrato de depósito, sería un contrato de préstamo (o mutuo). El cliente sabe, o debería saber, que está corriendo un riesgo al prestar dinero al banco, y que sólo puede solicitar el reintegro en los términos fijados en el contrato (de igual modo, cuando se firme cualquier otro engendro de ingeniería financiera). No habría, de este modo, dos titulares con "el mismo dinero a la vista al mismo tiempo". No se crearían medios de intercambio de curso forzoso que alteren los precios relativos y descoordinan a  ahorradores, inversores y consumidores. No ocurre lo mismo en un contrato de depósito. En este último no hay riesgo, aunque haya que pagar unos gastos por administración y/o mantenimiento.
A fecha de hoy, los bancos están reduciendo la masa monetaria (deflación), por eso están bajando los precios (IPC). El que puede, ahorra, paga prestamos, liquida malas inversiones. Pero los bancos centrales se empeñan en darle más y más a la manivela (prestar a corto e invertir a largo) de la impresora, provocando el mantenimiento ficticio de empresas zombies, canalizando el ahorro de los que producen al mantenimiento de los gigantescos Estados actuales, con sus legiones de burócratas y de sus privilegiados asociados mercantiles.



*Ludwig Von Mises: Lo que se precisa para impedir nuevas expansiones crediticias es someter la banca a las leyes civiles y mercantiles que constriñen a todos a cumplir sus obligaciones a tenor de las estipulaciones contractuales en su día convenidas. Mientras los bancos sigan siendo instituciones privilegiadas que operan amparadas por fueros especiales, siempre podrá el gobierno recurrir a ellos para incrementar sus ingresos fiscales. Así las cosas, sólo la administración y el parlamento pueden restringir la creación de medios fiduciarios. Los legisladores tal vez la cercenen durante aquellos períodos que ellos subjetivamente consideren normales. Pero tales restricciones desaparecerán tan pronto como los gobernantes estimen que concurren circunstancias excepcionales que justifiquen acudir a recursos extraordinarios. Si la administración y el partido político que la ampara desean ampliar el gasto público sin necesidad de poner en entredicho su popularidad incrementando la carga fiscal, jamás dudarán en apelar a situaciones de emergencia. Los políticos, para financiar proyectos por los cuales los contribuyentes no están dispuestos a pagar mayores impuestos, normalmente echan mano del recurso a las máquinas de la fábrica de moneda o al servilismo de aquellos banqueros que desean estar a bien con las autoridades que, en definitiva, imperan sobre sus negocios.
Sólo la banca libre puede soslayar los peligros inherentes a la expansión crediticia. Desde luego, la libertad bancaria no impediría una expansión crediticia lenta y de corto alcance practicada por bancos extremadamente cautelosos que habrían de tener siempre informado al público acerca de su situación financiera. Pero bajo un régimen de banca libre jamás la expansión crediticia, con todas sus inevitables consecuencias, habría adquirido esa condición de fenómeno regular —se siente la tentación de decir normal— que en nuestro sistema económico ha cobrado. Sólo la libertad bancaria puede evitar, en la economía de mercado, las crisis y las depresiones.

2 comentarios:

Fernan dijo...

De siempre se ha sabido que la mejor forma de controlar nuestro dinero no ha sido otra que ir almecenándolo debajo del colchón, o en su defecto, en una caja de caudales regalo de la primera comunión.

El inconveniente es que mediante este simple, sencillo y seguro método nunca jamás conseguiríamos suculentos obsequios como baterías de cocina o calendarios del Athletic de Bilbao, y las ansias de éstos y otros bienes gratuitos hicieron que algunos discípulos de Maquiavelo idearan un sistema de usura que acabó denominándose "bancario" en virtud de lo políticamente correcto.

Sólo frenando el deseo de conseguir más por lo mismo se podría "desbancar a los bancos", pero... a ver quién es el guapo que se resiste a un móvil con blutooth de serie gratis sólo por domiciliar su ridícula nómina?

Kaialde dijo...

Hola Fernan, gracias por tu aportación.
Los bancos en tiempos de Maquiavelo, crearon los billetes bancarios e idearon la expansión crediticia (es decir, prestar más dinero del que sus clientes tenían depositado) con la seguridad de que todos no iban a reintegrar sus depósitos al mismo tiempo. Si se sospechaba esa práctica y cundía el pánico la quiebra de la entidad era inmediata. Pero no se producía lo que denominamos una recesión. Hoy en día esa práctica está dirigida por los Gobiernos a través de sus Bancos Centrales y de todo el oligopolio bancario, que tiene su propia legislación y a través de la manipulación de los tipos de cambio de sus monedas (China, sureste asiático, Japón, Latinoamérica). Cuando las burbujas estallan la recesión es inevitable. Si se quiere impedir, lo único que se consigue es el colapso total del sistema monetario.
Lo que trato de poner de manifiesto es que esa legislación especial, debería ser derogada de un plumazo y que todas las entidades financieras se sometieran a las mismas normas que el resto de las empresas y sociedades. Con ello evitamos los ciclos económicos y por tanto las recesiones. Si seguimos así (que seguiremos), todos pagaremos una y mil veces, los excesos de una minoría.
“Por lo demás, de acuerdo en que los bancos y cajas regalen productos del Athletic” , je je
Milezker.

http://www.youtube.com:80/watch?v=0NwAKRHBals&NR=1