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domingo, 17 de octubre de 2021

¿Inflación de precios? Normal.

El Economista 31/8/2021


Inflación

Desde 2012, veníamos de un periodo durante el cual el Banco Central Europeo había emitido moneda comprando deuda pública y privada a razón de 60.000 millones de €/mes al principio y posteriormente, a razón de 80.000 millones de €/mes, bajando al cero patatero los tipos de interés (año 2016). Y así durante varios años, duplicando la masa monetaria, Europa se “japonizaba”. A los bancos, les salía la liquidez por las orejas y los gobiernos se endeudaban a cascoporro a tipos negativos. En este bonito contexto, llega la pandemia. ¿Y ahora que hacemos? Joder, pues inyectar más y a lo megabestia. Total, sólo este último año, un billón trescientos mil millones de euros adicionales, quizás más, lanzados al mercado, dándole a la manivela de la impresora. ¡Ojo! La Reserva Federal USA y el resto de bancos centrales, tres cuartos de lo mismo. El gobierno de España ha sido y sigue siendo uno de los principales primeros receptores de esa moneda de nueva creación. Estímulos, lo llaman (política monetaria y fiscal expansiva). El caso es que estos medios fiduciarios adicionales acceden al mercado a través de gasto público en forma de pagos que la administración hace a sus suministradores y personal. Son precisamente esas demandas estatales adicionales, las que inducen a determinadas empresas a ampliar sus actividades en lugar de restringirlas (mayor gasto agregado), formándose los actuales cuellos de botella en forma de escasez de determinados productos o materias primas.

BB King - Inflation Blues [Live At Nick's 1983] HD[*]

Todo esto no es nuevo. Éste fue el procedimiento de financiación de los gastos estatales que adoptaron los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial o El Reich alemán, durante la Primera Guerra Mundial. Los gobernantes conocen perfectamente que DEBEN CESAR LOS ESTÍMULOS. Saben que la expansión monetaria provoca siempre mala inversión de capital y sobreconsumo. No enriquece, sino que empobrece, a las naciónes. Están al tanto de que no es posible saber de antemano quiénes, ni en qué medida, serán beneficiados por la actuación. Los efectos dependerán del conjunto de circunstancias concurrentes y también, en gran medida, de la velocidad que se imprima al movimiento inflacionario. Saben que del colapso producido por la expansión monetaria sólo se puede salir produciendo nuevos ahorros y con ellos, dejando que millones de emprendedores, a pie de calle, produzcan los bienes de capital que permitan aprovisionar armoniosamente a todas las ramas de la producción. Quien no conoce todo esto es la peña, la gente normal, los electores. De modo que el gobierno de España seguirá incrementando la deuda pública, gastando a tutiplén con moneda de nueva creación, regulando como si no hubiera un mañana, aumentando la presión fiscal hasta niveles estratosféricos, bajo la manipuladora propaganda de salir de la crisis “sin dejar a nadie atrás”, con perspectiva de género y políticas climáticas megaguays, mientras ellos se forran extrayendo rentas como descosidos, hasta las próximas elecciones. En resumen, prepárense para un bonito periodo de estancamiento económico con inflación (estanflación).



Y en todo caso, tengan en cuenta, por si las moscas, el siguiente texto de Ludwig Von Mises:
“El curso de una inflación progresiva es el siguiente: Al principio el nuevo dinero provoca el alza de los precios de determinadas mercancías y servicios; los demás precios sólo más tarde subirán. Los precios de los diversos bienes y servicios, como ya vimos, aumentan en épocas y grados diferentes.
Esta primera etapa del proceso inflacionario puede mantenerse durante muchos años. Mientras perdura, los precios de numerosos bienes y servicios no están ajustados a la nueva relación monetaria (oferta y demanda de dinero). Hay gente que todavía no ha caído en la cuenta de que se está produciendo una revolución de precios que acabará provocando un alza notable en todos ellos, si bien la subida no será igual para todas las mercancías y servicios. Sigue creyendo que los precios un día habrán de bajar. En espera de ese día restringen sus adquisiciones y así incrementan su liquidez. Mientras se mantenga esa generalizada creencia, todavía están a tiempo las autoridades de abandonar su política inflacionista.
Pero finalmente llega el día en que las masas despiertan. Advierten, de pronto, que la inflación es una política deliberada que proseguirá sin interrupción. Se produce el cambio. Aparece la crisis. Todo el mundo febrilmente pretende canjear su dinero por bienes «reales», los precise o no, cuesten lo que cuesten. En muy poco tiempo, en unas pocas semanas o incluso en escasos días, aquello que se utilizaba como dinero deja de emplearse como medio de intercambio. La moneda en cuestión se transforma en sucio papel. Nadie está dispuesto a dar nada a cambio de tales papeluchos.
Es lo que sucedió con la Continental currency americana de 1781, con los mandats territoriaux franceses de 1796 y con el Mark alemán de 1923. Y lo mismo acontecerá siempre que se den idénticas circunstancias. Para que una cosa pueda utilizarse como medio de intercambio es preciso que la gente piense que sus existencias no aumentarán sin límite. La inflación es una política que no puede durar”.


*El Blues de la Inflación

Señor presidente

Señores Congresistas, también

Me tienen frustrado

Y no sé qué hacer

Estoy tratando de ganarme la vida

No puedo ahorrar un centavo

Se esfuma todo mi dinero

Solo para comer y pagar mi renta

Tengo el Blues

Tengo el Blues de la inflación

Sabes, no soy uno

De esos de cejas altas

Soy un Joe promedio

Vine comiendo pan de maíz

Ñame confitado y estofado de pollo

Ahora coge ese dólar de papel

Es solo eso de nombre

La forma en que ese dinero se ha reducido

Es una sucia vergüenza

Es por eso que tengo el blues

Tengo el blues de la inflación

Señor presidente

Por favor, reduzca el precio del azúcar

Quiero endulzar mi café

Quiero untar un poco de mantequilla en mi pan

Para acompañar mi carne

Cuando comienzas a racionar

Realmente jugaste el juego

Y las cosas están subiendo

Y suben y suben y suben

Y mi cheque sigue siendo el mismo

Es por eso que tengo el blues

Tengo el blues de la inflación.


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