Las "Democracias Liberales actuales son intrínsecamente inestables; no pueden sobrevivir indefinidamente soportando tan enorme grado de intervención estatal. Tomarán inexoráblemente una de estas tres direcciones: girarán de nuevo hacia el liberalismo y la globalización (libre circulación de mercancías, capitales y personas) plena (poco probable) o proseguirán, en el sentido actual, bien hacia el globalismo (gobierno mundial de las élites/planificación central) bien hacia la autarquía y -también- hacia la planificación central, con gobiernos ejerciendo un control total sobre la economía (y por tanto, sobre la libertad individual).
La Gran Guerra (1ª guerra mundial) acabó con el liberalismo económico que aumentó exponencialmente el nivel de vida de Occidente durante la segunda mitad del s. XIX y principios del XX. Entre guerras, los ciudadanos entregaron su libertad a los Estados, que establecieron en todo el planeta una salvaje antiglobalización que condujo a la 2ª guerra mundial.
La Geopolítica actual y los resultados de las elecciones democráticas en los países occidentales (posmodernismo, decrecimiento, ecofeminismo, etc, etc) parecen conducirnos, tarde o temprano, a un estado de cosas que ya describió Ludwig Von Mises en 1939 en su libro "Gobierno Omnipotente".