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lunes, 27 de junio de 2016

Que se mueran los viejos

Que se mueran los viejos


El último de estos tres deficientes mentales dice que ve claro donde está el problema, pero no ve un palmo de narices. El segundo, aunque no lo parezca, se acerca más al meollo de la cuestión:
los “putos viejos” (sic) que votaron a Chávez en el 98 han jodido el presente y el futuro de los actuales jóvenes venezolanos, de igual modo que, los que votaron a Hitler en la posguerra se lo jodieron a millones de jóvenes alemanes muertos en la siguiente guerra. Pero el problema no es la votación democrática en sí. El problema consiste en un sistema que, mediante votación, entregue tanto poder a los políticos, como para joder el presente y el futuro de todos, jóvenes y no jóvenes. Poder, para aniquilar la libertad individual, para prohibir o limitar los contratos entre ciudadanos libres y para apropiarse de la riqueza creada por otros. 




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