La estructura productiva de los países ricos es como un gran iceberg, cuya parte visible desde la superficie, representa el consumo. La parte sumergida representa todos los intercambios realizados en las etapas productivas precedentes al consumo.
Esta es la diferencia entre los países ricos y los países pobres: la cuota de capital per cápita; es decir: la acumulación de bienes de capital en etapas precedentes al consumo que, mediante los correspondientes procesos productivos, terminan proporcionando más y más bienes de consumo en el futuro. La diferencia pues, estriba en el tiempo y en el ahorro bien invertido. Esto sólo es posible en sociedades con marcos jurídicos donde se ha protegido la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos.
Esta es la diferencia entre los países ricos y los países pobres: la cuota de capital per cápita; es decir: la acumulación de bienes de capital en etapas precedentes al consumo que, mediante los correspondientes procesos productivos, terminan proporcionando más y más bienes de consumo en el futuro. La diferencia pues, estriba en el tiempo y en el ahorro bien invertido. Esto sólo es posible en sociedades con marcos jurídicos donde se ha protegido la propiedad privada y el cumplimiento de los contratos.
En esta recesión, por ejemplo Euskadi, está conservando más empresarios y trabajadores en las etapas más alejadas del consumo (parte sumergida del iceberg), que otras comunidades. Por eso la crisis (de momento) se presenta aquí con menos dureza. (¡Ya nos tocará!).
En Europa, Alemania tiene la estructura productiva más larga; es decir, tiene más porcentaje de empresarios y trabajadores ocupados en las etapas más alejadas del consumo final.
El PIB no recoge esto. Sólo recoge la parte visible del iceberg.
El PIB no recoge esto. Sólo recoge la parte visible del iceberg.