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domingo, 7 de febrero de 2010

Juguemos al "Mercado"


Pintan bastos para la economía del Estado.

Aunque todos los bancos de la zona euro están –o estuvieron- más o menos apestados hasta las cejas de "activos tóxicos", muchos de los cuales, los han traspasado a los gobiernos, con lo cual el resultado ha sido convertir la burbuja inmobiliaria en burbuja de deuda pública; el caso es que, el grueso de las malas inversiones consecuencia de la expansión artificial del crédito, no se ha materializado uniformemente a lo largo y ancho del territorio de todos los países de la UME (Unión Monetaria Europea)
Entre los pocos agraciados, nos ha tocado el "ladrillazo" a nosotros. Probáblemente porque habíamos comprado casi todos los boletos, y porque nuestros gobernantes autonómicos (alcaldes y concejales de urbanismo especialmente), creyéndose los más listos de corral, en realidad son los más ineptos, cretinos y corruptos de toda la UE, porque han puesto al servicio de sus intereses personales, a través de las cajas de ahorros, la diabólica cadena crediticia irregular que permite aumentar la oferta monetaria mediante la concesión masiva de préstamos sin respaldo de ahorro previo.

Digo esto, porque a pesar de constatar que desde hace 8 ó 9 años, teníamos un diferencial de más de un punto de inflación en comparación con el resto de países de la eurozona, consecuencia de que la masa monetaria estaba creciendo mucho más aquí –sin disminuir en ningún otro territorio- que en el resto de la unión (bueno, la MM no crece sola, es el BCE el padre biológico y el sistema financiero el "padre putativo"), y a pesar de que era de dominio público lo disparatado del precio de suelo, locales y viviendas, era pues, imposible que ejércitos de asesores-economistas no pusieran de manifiesto al "mortadelo de la moncloa" y a los otros 17 "mortadelillos" de las CCAA, la relación directa entre el mayor crecimiento de la masa monetaria en Spain y las gigantescas variaciones de los precios relativos que se estaban produciendo (o sea, la burbuja inmobiliaria). Si bien es cierto que las normas jurídicas que regulan la contabilidad estatal (modificación del Plan General de Contabilidad: más intervención gubernamental) tampoco ayudan, sino todo lo contrario, a poner de manifiesto lo que está pasando en los procesos productivos más alejados del consumo.
La enorme inversión inmobiliaria, o dicho de otro modo, la estructura de la producción que se estaba creando, estaba soportada únicamente por la imprenta del BCE (la FED al otro lado, tres cuartos de lo mismo). Y por consiguiente, una vez cesara la “actividad impresora”, todo se iba derrumbar, incluido el trabajo -el nivel de empleo-, cayendo la actividad económica hasta un punto tal, en el que mas o menos, la cantidad de personas ocupadas fuera la misma o incluso menor, que el número de empleados que había antes de producirse la expansión crediticia sin respaldo de ahorro real (o poco más, dependiendo del aumento de la productividad en el periodo de expansión).

Dicho sea de paso, todo esto da pié, una vez dentro de la lógica del sistema, para debatir que proporción del seguro de desempleo aquí debe ir a cargo de los presupuestos de la UE, digo yo.

Con un ejemplo un poco exagerado: es como si nos hubiéramos vuelto majaretas y hubiéramos iniciado la faraónica construcción de un túnel atravesando el Atlántico, el Pacifico y el Indico por debajo de las aguas, y que para ello, hubiéramos llevado allí la mitad de las máquinas de la Tierra. Decenas de millones de personas incorporadas al mercado de trabajo gracias al "milagro fiduciario".
Pero se nos olvidó un pequeño detalle: se agotó la despensa (el ahorro) antes de acabar el faraónico proyecto. Esta equivocación en masa de millones de empresarios, es desencadenada por la cadena crediticia irregular. Con irregular me refiero a que los préstamos se "pagan" con nuevos préstamos, es decir, en el actual sistema, los préstamos no se cancelan con bienes presentes (como oro, plata u otro bien con valor económico independiente del emisor de moneda).

La inauguración del Empire State coincidió con la gran depresión (la despensa agotada). La falta de inquilinos llevó a la gente de Nueva York a burlarse de la construcción llamándola el "Vacío State" (Empty State Building). El edificio no fue rentable hasta 1950.

La mayor parte de la superficie de las cuatro torres en Madrid está sin vender haciendo compañía a más de un millón de viviendas en todo el Estado.



¡Habría que calificar a las imprentas de las Fábricas de Moneda y Timbre (y a las computadoras de los Bancos Centrales) como armas de destrucción masiva !. Quizá no tomemos conciencia de ello hasta que las estrellas del Rock and Roll lo cuenten en sus letras.

Lo más sorprendente es que, iniciado ya el comienzo del fin -cuando echaron el freno a la imprenta y comenzaron a subir tipos para no colapsar el sistema monetario- algún presidente de "gobierno periférico" con cierto parecido a Mr. Bean nos hiciera creer que todo sería lo más parecido a un suave aterrizaje, una suave desaceleración (palabras textuales).


Es decir, este tipo pretendía decretar "la aceleración negativa de la fuerza de la gravedad". Jugar al mercado "a cámara lenta".
Los gobiernos jamás serán capaces de reconocer que no son ellos, sino miles de empresarios a pié de cañon, y los consumidores a través de sus decisiones soberanas de comprar o dejar de comprar, los que deben decidir donde, como y cuando se deben recolocar todos los recursos económicos, en especial, los aún aprovechables que se fueron a esa estructura de producción equivocada y/o precipitada, consistente en la burbuja inmobiliaria ( y de obra pública), es decir, todos los recursos económicos salvables de la gigantescas malas inversiones provocadas por la expansión artificial del crédito. Para ello es condición necesaria el desbloqueo de su movilidad (liberalizar el mercado de trabajo y dejar de inyectar liquidez). No es posible esto si un gobierno se empeña en mantener, la actual legislación laboral y a empresas zombies con los recursos de las empresas y personas productivas. Los aparatos político-burocráticos ni crean ni acumulan capital, sino que por el contrario, lo consumen.

Deuda Soberana

Estos días algunos se quejan de la especulación financiera con la deuda soberana, cuando es el propio sistema el que favorece y persigue a los grandes capitales para que éstos busquen refugio en la supuesta seguridad de la deuda pública estatal. Aquellos que invierten en deuda pública en realidad quieren alejarse de la incertidumbre del mercado. Desean convertirse en asociados del Estado.

La fatal arrogancia de los políticos no tiene límites. Acumulan una montaña de deuda sobre la montaña anterior. "Dictadura de los mercados", "los mercados nos atacan", dicen. ¡Cretinos, engañaviejas!. Si al vencimiento, los particulares subcriptores de deuda pública, no les sale de los mismísimos renovarla ¿eso es atacar?. Obligan a jugar al gato y el ratón. No somos "mecanismos de transmisión monetaria" (Palabras de un gobernador de Banco Central ¡soplapollas!). Cuando las cosas se les tuercen, a pesar de sus sesudos análisis, y contra-análisis, sus gigantescas estadísticas, sus legiones de bienpagados burócratas millonarios etc etc, insisten en meter más la zarpa, regando liquidez a diestro y siniestro. Flexibilización cuantitativa lo llaman (QE). Para tapar el agujero de las cajas, hacen lo mismo: imprimir más (hoy día basta con darle a la tecla). El resultado es redistribución de la riqueza de pobres a ricos. La deuda es medio de "pago o de intercambio" de curso legal o forzoso. Los bancos nunca quiebran, los Estados tampoco, dicen. Controlan la mitad de la producción de un país con los impuestos, pero, hoy día, no tienen "huevos" de nacionalizar los medios de producción como pretendían hace 100 años porque saben que en tal sistema, esa producción se evapora, desaparece del mapa (cálculo económico y socialismo). Pero no sueltan el monopolio de la moneda. Han convencido al pueblo de que sobra riqueza por doquier, el problema es que está mal repartida. El Estado proveerá.  La escasez pasó a la historia. Odian los intercambios voluntarios entre gente libre. La Economía de hoy día, globalizada, con enorme división internacional del trabajo, se desarrolla con cálculos mentales de empresarios compitiendo y pujando por los factores de producción (maquinas, materias primas, trabajo, etc) en el mercado. Este cálculo no puede realizarse si no existen verdaderos precios de mercado. Los precios son intercambios de derechos de propiedad. No hay forma de calcular si políticos y burócratas falsifican los precios reales manipulando sin cesar LA UNIDAD DE CUENTA. Durante las expansiones monetarias, se falsean los precios; todo factor de producción parece estar en oferta infinita. Eso es lo que hacen creer a la gente: que no existe problema alguno de escasez. Los burócratas se autofinancian emitiendo Deuda que se compran ellos mismos a través de sus Bancos Centrales. De este modo, se apropian de la riqueza creada por otros. El mundo entero, a reventar innundado de medios de pago creados "del forro de sus mismísimos". Liquidez a cascoporro. Medios de intercambio que, insisto, son la moneda utilizada como unidad de cuenta para toda la contabilidad empresarial. Cálculo necesario para mantener con vida a millones de seres humanos en el planeta, aprovechando los recursos siempre escasos y aplicándolos a los procesos productivos dedicados a fabricar los bienes más urgentemente demandados por los consumidores. 
Los políticos odian el sistema de precios de un mercado libre en la propia moneda elegida por los agentes participantes, pero no pueden abolirlo. Lo que pretenden, mediante su monopolio monetario y las leyes de curso forzoso, es que "juguemos al mercado"como si fuéramos niños jugando a médicos, con sus fonendoscopios de pega, sus batitas blancas … y su canesú... ¡juguemos al mercado!
El Chiringuito monetario, tarde o temprano, colapsará enterrado bajo una montaña de deuda impagable y entraremos en una bonita segunda Edad Media.

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