A veces, los Gobiernos perpetran robos que son muy evidentes y otras veces son menos evidentes.
A continuación tres ejemplos de los evidentes (Pero antes pinche en el video de abajo y así vamos "ambientando" el post):
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| Midnight Oil - "Beds are burning" - Cierre JJOO Sidney 2000 |
1.- Un Gobierno VIOLA LOS DERECHOS DE PROPIEDAD de todo un pueblo aborigen australiano (los Pintupi). Roba sus tierras y expulsa de sus hogares a miles de personas (para probar los misiles Blue Streak). Nada nuevo bajo el sol. De eso trata la canción "Beds are Burning", del grupo de rock australiano Midnight Oil, que aparece en la foto de arriba, en los juegos olímpicos del año 2.000 en Australia, con camisetas pidiendo perdón (sorry) por ese expolio contra la población nativa perpetrado por el Gobierno Australiano en el norte del país.
Aquí, abajo, el tema completo, que interpretaron en la ceremonia de cierre de los juegos olímpicos de Sidney 2000.
The time has come - Ha llegado la hora
To say fair's fair - De decir 'lo justo es lo justo'
To pay the rent - De pagar la renta
To pay our share - De pagar nuestra parte
The time has come - Ha llegado la hora
A fact's a fact - La verdad es la verdad
It belongs to them - Le pertenece a ellos
Let's give it back - Devolvámoslo
Este es el vídeoclip original
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2.- Executive Order 6102:
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| Orden Ejecutiva 6102 |
5 de Abril de 1933:
El presidente Roosevelt robó, tranquílamente, el oro de los ciudadanos norteamericanos.
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| Certificado de oro |
Mediante este Decreto, criminalizó y prohibió la tenencia de ese metal, bajo penas de multa de hasta 10.000 dólares, o 10 años de reclusión, o ambas simultáneamente.
Un ataque brutal contra la libertad y la propiedad privada perpetrado por un Estado "paradigma" del "libre mercado".
En palabras de Henry Hazlitt, "se declaró ilegal la tenencia de oro para todo el mundo excepto para el ladrón".
La Orden Ejecutiva 6102 obligaba a los ciudadanos a entregar a la Reserva Federal todo el oro físico del que dispusieran, ya fuera en forma de monedas, lingotes, o certificados y a cambio de cada onza troy depositada se les entregaba 20.67 dólares. La fecha máxima de entrega se fijó en el 1 de mayo de 1933.
Los particulares únicamente podían ser propietarios de un máximo de 100 dólares en forma de monedas de oro, un equivalente aproximado de cinco onzas troy. Los joyeros, dentistas o artistas y todo aquel que utilizara el oro en su trabajo quedaba excluido de cumplir la Orden Ejecutiva 6102.
En caso de infringir la Orden Ejecutiva 6102, las multas podían ascender hasta los 10.000 dólares de la época o diez años de prisión, o ambas penas simultáneas. Cuando se aplicó la Orden Ejecutiva 6102, la onza de oro tenía una fijación fija de 20,67 dólares. A través de la aplicación de la Orden Ejecutiva 6102, Roosevelt fue capaz de devaluar al dólar frente al oro, aumentando su precio a 35 dólares, algo que el gobierno únicamente podía hacer controlando el suministro del metal.
La decisión fue tomada con el asesoramiento del economista George Warren, que de hecho aconsejo a Roosevelt que el país debía abandonar el patrón oro. Warren creía que la mejor manera de resolver una depresión deflacionaria era provocar inflación y aumentar los precios.
Gracias a la Orden Ejecutiva 6102 el gobierno federal de los EEUU pudo disponer de grandes cantidades de oro físico y elevó su precio hasta los 35 dólares la onza troy en los que cotizó el oro de manera fija hasta que el 15 de agosto de 1971, cuando Richard Nixon desligó de “manera temporal” al dólar de su respaldo en oro y entró en vigor el actual sistema de libre flotación de las divisas.
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3.- El Corralón Argentino de 2002
No el Corralito de 2001, sino el Corralón de 2002.
Durante el
Corralito, tan solo se prohibieron las retiradas de efectivo superiores a los doscientos cincuenta pesos ($ 250) o
doscientos cincuenta dólares estadounidenses (US$ 250) por semana.
Sin embargo en el Corralón del 2002 se perpetró el atraco gordo. En esos
momentos el tipo de cambio peso/dólar en el mercado estaba a 4 pesos = 1
dólar.
El gobierno de Duhalde promulga el 6 de enero de 2002 la Ley de Emergencia Pública y de
Reforma del Régimen Cambiario y con fecha 9 de enero, el
gobierno publica el Decreto 71/2002 que establece el nuevo tipo de cambio
oficial en 1,40 pesos por dólar estadounidense. A partir de la fecha del
presente Decreto quedan transformadas a pesos todas las obligaciones de dar
sumas de dinero. Es decir, en vez de entregarles dólares les dieron pesos.
Si alguien tenía un depósito con 1.000 dólares, en lugar de recibir 4.000
pesos, recibió 1.400 pesos. Un robo espectacular.
Una transferencia de riqueza enorme desde los acreedores (la gente corriente
con depósitos bancarios) a favor de los deudores (los bancos).
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En otras ocasiones, el robo perpetrado por los Gobiernos y asociados es menos evidente.
Esto sucede
cuando nos introducimos en la misteriosa dimensión del dinero fiat: los electores no perciben la indefinida secuencia de apropiaciones indebidas que se producen a causa de la cadena crediticia irregular.
Veamos el caso griego.
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| La incertidumbre política provoca un aumento de la demanda de monedas de oro en Grecia |
Los Gobiernos de la Unión Europea nunca debieron prestar al Gobierno Griego.
Para poder prestar, los Gobiernos, previamente, tienen que robar a sus propios ciudadanos. Emiten deuda que indiréctamente va a parar al BCE, quien a su vez la compra con papel moneda que se autoimprime. Finalmente, (mediante leyes de curso forzoso), la deuda pública, disfrazada ya de papel moneda (o de meros asientos contables electrónicos), se debe aceptar como medio de pago por bienes que producen los ciudadanos europeos. Manguerazos de liquidez cuyos primeros receptores tienen nuevo poder de compra para adquirir los bienes y servicios actuales presentes en el mercado.
El Gobierno Griego recibió y sigue recibiendo esos medios de intercambio - que son deuda- y con ellos compró (compra y pretende seguir comprando "by the face") bienes y servicios producidos por el resto de europeos, sobrepujando por ellos en el mercado.
Philipp Bagus lo cuenta en su libro "La Tragedia del Euro". En el Eurosistema los gobiernos nacionales de la periferia gastan más de lo que recaudan por impuestos. Para pagar la diferencia, el deficit, emiten bonos. Los bonos son vendidos al sistema bancario, que a su vez los lleva al BCE, donde los presenta como activos de garantía de préstamos que se conceden, creando así, más medios de pago, es decir, más cantidad de moneda en circulación. Dicho de otro modo, es como si los gobiernos nacionales pudieran imprimir "dinero". Los bonos que emiten funcionan como "dinero" mientras el BCE siga aceptándolos como garantía. O sea, la oferta total de euros aumenta. Quienes reciben el "dinero" nuevo en primer lugar, los gobiernos deficitarios, como el griego, pueden comprar bienes y servicios a precios antiguos, más bajos. A medida que los nuevos medios de pago circulan por el resto de los países, los precios suben en el conjunto de la unión monetaria. Por supuesto, no todos los precios de todos los bienes y activos suben a la vez y proporcionalmente. Algunos se enriquecen y otros se empobrecen. Quienes lo reciban en último lugar ven como los precios han subido antes que sus rentas. La economía griega no ha sido ni es competitiva al tipo de cambio con el que entró en la eurozona. Para que lo hubiera sido, sus salarios habrían tenido que bajar. Sin embargo, a causa de su legislación, éstos son rígidos. Grecia ha mantenido años esta situación incurriendo en déficits enormes de gasto público y emitiendo deuda (bonos) para pagar salarios a personas improductivas. Estos perceptores de rentas pasivas pueden emplear y emplean ese nuevo "dinero" para comprar bienes producidos por alemanes y por el resto de europeos, haciendo que se eleven los precios porque sobrepujan por ellos con la nueva liquidez creada. Los europeos últimos en recibir esa nueva liquidez compran a precios superiores que han recibido ya el impacto de las nuevas inyecciones monetarias. Afluyen bienes unidireccionalmente desde Alemania y desde el resto de Europa a Grecia.
Los ciudadanos griegos no dependientes de sus administraciones públicas y últimos receptores de la nueva liquidez son igualmente perjudicados. A cambio de los bienes y servicios que necesitan, tienen que intercambiar su propia producción (su trabajo, cada vez más devaluado). En cambio el Gobierno Griego, para mantener su enorme administración, intercambia esa nueva liquidez que recibe a espuertas, por los bienes y servicios que producen otros.
Los Gobiernos Griegos nunca debieron pedir prestado a los gobiernos europeos, pero lo hicieron; y ahora resulta que su gobierno actual tiene que robar cada vez una mayor parte de la producción de sus propios ciudadanos para devolver lo recibido en préstamo y mantener su gigantesco aparato burocrático. Si los Gobiernos Europeos decidieran seguir proporcionando liquidez, es decir, seguir prestando y/o relajar las condiciones de devolución, previamente, tendrían que robar de nuevo, aún más, a sus propios ciudadanos ....
Los ciudadanos griegos que pueden, están demandando monedas de oro, como dice el titular de arriba; y los demás, están sacando sus ahorros en papel moneda y guardándolos debajo del colchón en previsión del robo masivo que van a perpetrar.
El Gobierno Griego recibió y sigue recibiendo esos medios de intercambio - que son deuda- y con ellos compró (compra y pretende seguir comprando "by the face") bienes y servicios producidos por el resto de europeos, sobrepujando por ellos en el mercado.
Philipp Bagus lo cuenta en su libro "La Tragedia del Euro". En el Eurosistema los gobiernos nacionales de la periferia gastan más de lo que recaudan por impuestos. Para pagar la diferencia, el deficit, emiten bonos. Los bonos son vendidos al sistema bancario, que a su vez los lleva al BCE, donde los presenta como activos de garantía de préstamos que se conceden, creando así, más medios de pago, es decir, más cantidad de moneda en circulación. Dicho de otro modo, es como si los gobiernos nacionales pudieran imprimir "dinero". Los bonos que emiten funcionan como "dinero" mientras el BCE siga aceptándolos como garantía. O sea, la oferta total de euros aumenta. Quienes reciben el "dinero" nuevo en primer lugar, los gobiernos deficitarios, como el griego, pueden comprar bienes y servicios a precios antiguos, más bajos. A medida que los nuevos medios de pago circulan por el resto de los países, los precios suben en el conjunto de la unión monetaria. Por supuesto, no todos los precios de todos los bienes y activos suben a la vez y proporcionalmente. Algunos se enriquecen y otros se empobrecen. Quienes lo reciban en último lugar ven como los precios han subido antes que sus rentas. La economía griega no ha sido ni es competitiva al tipo de cambio con el que entró en la eurozona. Para que lo hubiera sido, sus salarios habrían tenido que bajar. Sin embargo, a causa de su legislación, éstos son rígidos. Grecia ha mantenido años esta situación incurriendo en déficits enormes de gasto público y emitiendo deuda (bonos) para pagar salarios a personas improductivas. Estos perceptores de rentas pasivas pueden emplear y emplean ese nuevo "dinero" para comprar bienes producidos por alemanes y por el resto de europeos, haciendo que se eleven los precios porque sobrepujan por ellos con la nueva liquidez creada. Los europeos últimos en recibir esa nueva liquidez compran a precios superiores que han recibido ya el impacto de las nuevas inyecciones monetarias. Afluyen bienes unidireccionalmente desde Alemania y desde el resto de Europa a Grecia.
Los ciudadanos griegos no dependientes de sus administraciones públicas y últimos receptores de la nueva liquidez son igualmente perjudicados. A cambio de los bienes y servicios que necesitan, tienen que intercambiar su propia producción (su trabajo, cada vez más devaluado). En cambio el Gobierno Griego, para mantener su enorme administración, intercambia esa nueva liquidez que recibe a espuertas, por los bienes y servicios que producen otros.
Los Gobiernos Griegos nunca debieron pedir prestado a los gobiernos europeos, pero lo hicieron; y ahora resulta que su gobierno actual tiene que robar cada vez una mayor parte de la producción de sus propios ciudadanos para devolver lo recibido en préstamo y mantener su gigantesco aparato burocrático. Si los Gobiernos Europeos decidieran seguir proporcionando liquidez, es decir, seguir prestando y/o relajar las condiciones de devolución, previamente, tendrían que robar de nuevo, aún más, a sus propios ciudadanos ....
Los ciudadanos griegos que pueden, están demandando monedas de oro, como dice el titular de arriba; y los demás, están sacando sus ahorros en papel moneda y guardándolos debajo del colchón en previsión del robo masivo que van a perpetrar.
Si, individualmente no tienes derecho a robar, un grupo, aún siendo mayoritario, tampoco puede tenerlo.
Atentos a cómo evoluciona, pero, de esto no puede resultar nada bueno.
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