Marta Flich, “eminente economista”,
a la altura de “genios ilustres”, como Eduardo Garzón, dice, entre chorrada y chorrada, que la productividad ha aumentado tanto que “con el sueldo de una sola persona ….
– atentos - ….. se deberían pagar 4 pensiones. ¿Por qué no sucede? Porque se
han bajado los salarios. Por eso la derecha no ve viable las pensiones; porque
quieren bajar los salarios”.
La Sra. Flich debe creer que la productividad se multiplica sola, como por arte de magia (o lo que es peor, a golpe de legislación).
Esta majadera (sí, es una majadera), pretende un incremento tal, que cada 4 futuros pensionistas (y la parte proporcional del burócrata que administra el chiringuito) esclavicen a 1 trabajador; presuponiendo, al menos, la actual tasa de sustitución (si no, apaga y vámonos).
El caso es que el aumento del capital per cápita (única forma posible de elevar permanentemente los salarios de los trabajadores), sólo es posible mediante ahorro bien invertido -aplicando las innovaciones tecnológicas - en nuevos procesos productivos.
Esa capitalización implica sacrificar gran parte del consumo presente para llevar una ingente cantidad de recursos a esos nuevos procesos productivos. Depende exclusivamente de decisiones empresariales individuales, revalidadas por los consumidores, en un entorno, libre de marañas legislativas, donde los gobiernos dejen de expoliar con tributos al personal, y se limiten a proteger la libertad individual y los contratos libres, es decir, todo lo contrario de lo que la Sra. Flich defiende.
Aún suponiendo un aumento tan brutal de la productividad, expropiar a un trabajador más de las cuatro quintas partes de su salario dejaría como una simple menudencia - según el propio Marx - el expolio de la plusvalía a los trabajadores por parte del empresario. Significaría robarle más de 7 meses de salario anual para pagar a los pensionistas, excluyendo el resto de impuestos y tributos. !Al trabajador, apenas le quedaría poco más de dos meses de salario anual!
La potencia del ahorro a interés compuesto |
Si desde la invención del actual
sistema de reparto (de pensiones), el equivalente monetario a las cotizaciones
sociales individuales de cada trabajador se hubieran capitalizado de esa forma (a interés compuesto),
siendo propietarios los propios trabajadores (a través de fondos de inversión),
las actuales tasas de capitalización serían mucho mayores y por tanto, en paralelo,
la productividad del trabajo se habría multiplicado de igual forma. Entonces, sí
que podría darse lo que dice la Sra. Flich, pero justamente al revés, es decir,
todos los pensionistas, en mayor o menor grado, serían propietarios de medios
de producción (accionistas); se auto-pagarían sus propias pensiones, que podrían dejar en
herencia (no como hoy en día con el sistema de reparto); y además serían - indirecta o directamente- empleadores
que remunerarían a los trabajadores con altos salarios acordes con las tasas de
capitalización.
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