¡Que pague más el que más tiene!, profieren los tribunos
populistas. Y la plebe, "disparándose en el pie", aprueba por
aclamación los impuestos con tasas progresivas. Resulta que con tasas
proporcionales, ya paga más el que más tiene. El problema es que las masas no
saben distinguir entre proporcional y progresivo. Y cuanto más progresivas sean
las tasas impositivas, más y más auto-disparos "en los pies" de la plebe, hasta que
únicamente apenas puedes arrastrarte.
Estas son las tres consecuencias económicas de
"dispararse de este modo en el pie":
- Se impide la movilidad social de abajo a arriba
- En una especie de actuación neurótica bipolar, el impuesto progresivo contradice la asignación de ingresos expresada líbremente en el mercado, alterando las posiciones de renta relativas, dilapidando, de ese modo, escasos y valiosísimos factores de producción.
- Se bloquea el incremento de las tasas de capitalización, de las cuales depende el aumento permanente de los salarios de los trabajadores.
- Benegas Lynch, lo expresa magistralmente en 5 minutos:
- Incluso en 40 segundos
- Sobre el punto 3, tasas de capitalización:
- Límites al Poder político:
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