Dice el exministro que la existencia de la burbuja entonces era sólo un riesgo teórico y que pincharla hubiera supuesto enviar a 100.000 personas al paro.
La pregunta correcta es:
¿Cuantos millones de personas no habrían engrosado las listas del paro por cada año de expansión monetaria que nos hubiera evitado?
Para los políticos, el día a día personal está totalmente disociado de la teoría económica. Ninguno de ellos quiere profundizar. Lo que hacen es hablar, hablar y hablar de sus necesarias gestiones, de sus conquistas y de su cara bonita. Jamás será visto un político o burócrata que pida reducir el presupuesto de la Administración que él dirige.
Si has leído hoy esta entrevista al ex-ministro y necesitas una Teoría previa para interpretar la Historia, aquí tienes una muy buena síntesis de la Teoría que mejor explica la realidad de la crisis:
¿Cuantos millones de personas no habrían engrosado las listas del paro por cada año de expansión monetaria que nos hubiera evitado?
Para los políticos, el día a día personal está totalmente disociado de la teoría económica. Ninguno de ellos quiere profundizar. Lo que hacen es hablar, hablar y hablar de sus necesarias gestiones, de sus conquistas y de su cara bonita. Jamás será visto un político o burócrata que pida reducir el presupuesto de la Administración que él dirige.
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La teorìa austrìaca del ciclo económico
La teorìa austrìaca del ciclo económico
fue desarrollada por primera vez por Ludwig von Mises, quien se basó en las
contribuciones de su profesor austrìaco Eugen von B–hm-Bawerk y los escritos
del economista sueco Knut Wicksell.
Richard Ebeling |
Los ahorros surgen de las preferencias
intertemporales de los participantes del mercado, quienes están dispuestos a
renunciar al uso presente y al consumo de bienes y recursos para transferirlos
a aquellos que desean utilizar dichos bienes y recursos en procesos de
producción. Las interacciones de oferentes y demandantes por estos recursos
generan las tasas de interès de mercado que balancean ahorros e inversión. Al
mismo tiempo, los ahorros disponibles que resulten del intercambio en el
mercado intertemporal ponen lìmites a los perìodos de producción que pueden ser
llevados a cabo y sostenidos con èxito, dada la cantidad de fondos ahorrados
disponibles para sostenerlos en el largo plazo.
En 1898 Wicksell publicó Interès y
Precios. Adaptó la teorìa del capital y de los procesos de producción
consumidores de tiempo de Bohm Bawerk y la llevó un paso más allá. Wicksell
explicó que en los mercados reales los bienes no se intercambian directamente
entre sì. En realidad es el dinero el que hace de intermediario en todas las
transacciones, incluyendo la transferencia de ahorros a potenciales
prestatarios e inversores. Los individuos ahorran en forma de ingresos
monetarios no gastados en consumo. Dejan entonces parte de sus ahorros
monetarios como depósitos en bancos, los cuales hacen de intermediarios
financieros en las transacciones intertemporales del mercado.
Los bancos reúnen los ahorros
monetarios de numerosas personas y prestan estos ahorros a prestatarios
confiables a la tasa de interès que prevalece en el mercado y que equilibra la
oferta de ahorro y su demanda para inversiones. Los prestatarios utilizan
entonces los ahorros monetarios para ingresar al mercado y demandar el uso de
recursos, capital y trabajo, ofreciendo precios monetarios para comprarlos o
contratarlos. Por ello la disminución en la demanda de dinero y los menores
precios de los bienes de consumo debido al ahorro- y el aumento de la demanda y
los mayores precios monetarios de bienes de producción debido a la inversión-
actúan como la forma en que el mercado acomoda y reasigna recursos y trabajo de
fines de consumo a procesos de producción capital intesivos.
Pero Wicksell señaló que precisamente
porque el dinero sirve de vìnculo intermediario al conectar las decisiones de
ahorro con las decisiones de inversión, puede producirse un desequilibrio muy
peculiar y perverso en el proceso de inversión-ahorro. Supongamos que los
ahorros de una sociedad fueran justo suficientes como para financiar procesos
productivos de exactamente un año de duración. Ahora supongamos que en esa
misma sociedad la autoridad monetaria del gobierno incrementa la cantidad de
dinero a disposición de los bancos para otorgar crèditos. Para atraer
prestatarios, los bancos reducirìan la tasa de interès a la que otorgan
crèditos.
La menor tasa de interès causada por la
expansión monetaria llevará a un aumento del valor presente de los proyectos de
inversión con mayores horizontes temporales hasta su finalización. Ahora
supongamos que, en consecuencia, los prestatarios llevan a cabo proyectos de
inversión que involucran un perìodo de producción de dos años de duración. Dado
que ahora se demandan más recursos y trabajo para los proyectos de inversión de
dos años de duración, parte de los factores de producción serìan alejados de
los proyectos de inversión de un año de producción. Como resultado, al cabo del
primer año, habrá menos bienes de consumo disponibles para ser vendidos a los
consumidores. Al haber menos bienes de consumo en el mercado, aumentará su
precio y los consumidores se verán obligados a disminuir sus compras de bienes
de consumo. Wicksell afirmaba que los consumidores se veìan forzados a ahorrar,
deberìan consumir menos en el presente y esperar hasta que concluya el segundo
año y los proyectos de producción de dos años de duración hayan sido concluidos
para que haya una mayor oferta de bienes de consumo.
Al mismo tiempo, la mayor oferta de
dinero para recursos y bienes tenderìa a hacer que aumente su precio y, en
consecuencia, la sociedad experimentarìa una inflación general de precios durante
este proceso. Si la autoridad monetaria repitiera el aumento en la oferta
monetaria perìodo tras perìodo, el resultado serìa un "proceso
acumulativo" de aumento de precios.
En su libro "Teorìa del Dinero y
del Crèdito" , Ludwig von Mises aceptó en lìneas generales el análisis de
Wicksell de los efectos de la expansión monetaria sobre la producción y los
precios. Pero llevó la idea de Wicksell más allá, mostrando el proceso a travès
del cual una expansión monetaria de este tipo crea una "crisis económica"
y genera una serie de eventos conocidos como el "ciclo económico".
Mises hacìa una distinción entre dos
tipo de crèditos que se ofrecen en el mercado: "crèdito mercancìa" y
"crèdito circulatorio." Fritz Machlup, alumno y seguidor de Mises en
la aplicación de la teorìa austrìaca del ciclo económico, denominó a estos dos
tipos de crèdito "crèdito de transferencia" y "crèdito
creado". Usaremos esta última terminologìa porque designa con mayor
claridad la distinción que quiso hacer Mises.
Si no se produjera ningún aumento en la
oferta monetaria, entonces todos los ahorros monetarios provenientes de
ingresos representarìan una transferencia real de control de mercado sobre
recursos y trabajo de los que reciben los ingresos a potenciales inversores.
Los ahorristas habrán prestado una cantidad real de recursos, representados por
el valor monetario de estos recursos reales, para actividades de inversión en
vez de utilizarlos más directa e inmediatamente en la manufactura de bienes de
consumo. Este "crèdito de transferencia" de recursos reales para
fines de inversión serìa devuelto a los ahorristas cuando los crèditos
monetarios fueran devueltos con el interès acordado. La suma de dinero devuelta
tendrìa entonces la capacidad de adquirir una mayor cantidad de bienes reales y
servicios para fines de consumo. Y los proyectos de inversión llevados a cabo
con el crèdito de transferencia tendrìan horizontes temporales consistentes con
los ahorros disponibles y con el perìodo por el que se realizaron los crèditos.
Sin embargo, la autoridad monetaria del
gobierno tiene la capacidad de trastornar este delicado equilibrio entre ahorro
e inversión mantenido por las tasas de interès de mercado. Por su capacidad de
expandir la oferta monetaria, la autoridad monetaria tiene el poder de crear
crèdito. El "crèdito creado" es indistinguible del crèdito de
transferencia en las transacciones de mercado. Representa unidades adicionales
del medio de cambio que son intercambiables con todas las otras unidades de
dinero ofrecidas en el mercado a cambio de bienes y servicios. Por ello estas
unidades son tan aceptadas en las transacciones de mercado como las unidades de
la oferta monetaria existente antes de la expansión monetaria.
Mises afirmaba que existe, sin embargo,
una diferencia importante: no se produce la disminución en la demanda de los
consumidores por bienes, servicios y recursos que ocurre normalmente ante la
decisión de ahorrar más que antes, para compensar el aumento en la demanda de
recursos y trabajo por parte de los inversores que han tomado el crèdito creado
que se les ofrecìa en el mercado de crèdito.
En este punto, Mises aplicó su teorìa
de la no neutralidad del dinero para explicar la secuencia de eventos que
ocurrirìa con mayor probabilidad desde el punto de vista lógico. Con el crèdito
recientemente creado, los inversores que adquirieron estos nuevos crèditos
atraerìan recursos y trabajo de la producción de bienes de consumo y de los
proyectos de inversión de menores horizontes temporales para iniciar proyectos
de inversión de mayores perìodos de producción. Para lograr atraer recursos y
trabajo hacia actividades de inversión que consumen más tiempo, estos
inversores deberìan ofrecer un precio mayor por los factores de producción
requeridos, para poder alejarlos de sus usos alternativos en la economìa. Los
crèditos recientemente creados pasan a estos factores de producción como
mayores ingresos monetarios. Se convierten en los receptores de segunda vuelta
del dinero recientemente creado. Salvo que cambien las preferencias
intertemporales de estos factores de producción, y en consecuencia su
disposición a ahorrar, sus demandas reales por bienes de consumo serìan las
mismas que antes del incremento de la oferta monetaria. Aumentarìa, por lo
tanto, su demanda monetaria por bienes terminados y servicios en la misma
proporción de su ingreso que antes.
Como resultado, los precios de los
bienes de consumo tambièn empezarìan a aumentar. Pero como se han reasignado
los recursos, alejándolos de la producción de bienes de consumo, hay menos de
estos bienes disponibles en el mercado, lo que intensifica el aumento de
precios de los mismos. Como los factores de producción gastan su mayor ingreso
en bienes de consumo, los vendedores y productores de bienes de consumo se
vuelven los receptores de tercera vuelta del dinero recientemente creado. Los
productores de bienes de consumo incrementan ahora su demanda por aquellos
mismos factores de producción escasos para reatraerlos hacia el sector de
bienes de consumo de la economìa, y hacia proyectos de inversión con horizontes
temporales más cortos para satisfacer la mayor demanda de bienes de consumo.
Los factores de producción que ahora vuelven a ser utilizados en la producción
de bienes de consumo se transforman en los receptores de cuarta vuelta del
dinero creado.
Aquellos que inicialmente habìan tomado
el crèdito creado ahora se encuentran con numerosas dificultades para continuar
y finalizar algunos de los proyectos de inversión de largo plazo, dados los
crecientes costos de continuar empleando las cantidades requeridas de factores
de producción que están regresando a los sectores de bienes de consumo de la
economìa. Comienza entonces a emerger una "crisis" a medida que cada
vez más proyectos de inversión a largo plazo no pueden ser continuados por
problemas financieros. La demanda por más crèditos para poder continuar con los
proyectos iniciados presiona la tasa de interès a la alza, creando una crisis
aún mayor en los sectores de inversión de la economìa. La fase expansiva o
"boom" del ciclo económico ahora se transforma en una fase
contractiva o depresión del ciclo, a medida que un número creciente de
proyectos de inversión colapsan, sean dejados incompletos, y resulten en una
mala inversión de capital en proyectos de inversión largos y económicamente
insostenibles.
La única manera en que estos proyectos
de inversión podrìan ser temporalmente salvados serìa que la autoridad
monetaria del gobierno incrementase nuevamente la oferta monetaria, creando más
crèdito. Pero esto meramente reiniciarìa el mismo proceso con el mismo
resultado inevitable. Si la autoridad monetaria intenta impedir este resultado
inevitable a travès de cada vez mayores aumentos de la oferta monetaria, el
resultado final será una creciente tasa de inflación que amenazarìa con la
destrucción y el colapso del sistema monetario de la sociedad.
A travès de este análisis, Mises llega
a la conclusión de que las causas del ciclo económico en las sociedades
modernas no se deben buscar en alguna falla intrìnseca de la economìa de
mercado. La causa básica se encuentra en la manipulación del dinero y del
crèdito por parte del gobierno.
Richard M. Ebeling es titular de la
cátedra Ludwig von Mises en el Hillsdale College, Michigan y vicepresidente de
asuntos acadèmicos de The Future of Freedom Foundation. Este articulo fue
originalmente publicado en Freedom Daily.
Traducción de Verena Wachnitz.
El estado y la planificación central de la moneda: Los
economistas Austrìacos y de Chicago
por Richard M. Ebeling, mayo 1999
por Richard M. Ebeling, mayo 1999
En el perìodo posterior a la segunda
guerra mundial, las dos escuelas lìderes en el pensamiento de libre mercado han
sido la escuela Austrìaca, encabezada por Ludwig Von Mises y Friedrich Von
Hayek; y la escuela de Chicago, encabezada por Milton Friedman y George
Stigler. Juntas, han realizado un análisis de gran rigurosidad y lucidez,
criticando los peligros y errores de las polìticas socialistas, keynesianas e
intervencionistas. Pese a las diferencias entre sus respectivos mètodos de
análisis, ambos grupos han alcanzado una conclusión similar: solo una economìa
de libre mercado puede asegurar Libertad y prosperidad.
Ambas escuelas rechazan el argumento
keynesiano acerca de la inestabilidad de la economìa de mercado y su tendencia
a generar perìodos extensos de desempleo y recursos ociosos. Ambas sostienen
que cuando se suceden perìodos inflacionarios o de depresión económica, ocurren
como resultado de la intervención del Estado, que tiende a reducir la flexibilidad
del mercado para hacer frente a los cambios circunstanciales. Y finalmente,
ambas escuelas de pensamiento intuyeron que las polìticas monetarias y fiscales
(particularmente del tipo keynesiano) provocarìan menor estabilidad y no más.
Pero los economistas de la escuela
Austrìaca y los de Chicago, han diferido en un número importante de puntos en
el campo de la historia, la teorìa y la polìtica monetaria. Una diferencia
fundamental, son las diferentes interpretaciones acerca de los orìgenes y soluciones
a la Gran Depresión del 30. Las distintas interpretaciones sobre dicho perìodo
surgen a partir de sus diferentes concepciones de la influencia del dinero en
la economìa. Y esas disidencias nacen a partir de los distintos criterios
utilizados para estudiar el proceso económico.
Siguiendo la tradición de Chicago,
Milton Friedman y la mayorìa de los teóricos monetaristas aceptan la idea
keynesiana de macroeconomìa o de análisis agregado. Por ejemplo, en una rèplica
a algunos de sus crìticos publicada en 1974, en el volumen intitulado Milton
Friedman's Monetary Framework: A Debate with his critics, Friedman dijo:
"Releyendo la Teorìa General, he recordado que gran economista fue Keynes
y cuánto simpatizo con su visión y la de sus seguidores... Creo que la teorìa
de Keynes, es el tipo correcto de teorìa; por su simplicidad y su concentración
en unas pocas magnitudes clave, es potencialmente fructìfera. No la he
rechazado entonces por estos motivos, sino porque creo que ha sido derrotada
por la evidencia: sus predicciones no han sido confirmadas por la
experiencia".
Según Friedman, la teorìa de Keynes es
incompleta a partir de su estrecha concepción de la elección de las personas al
momento de decidir entre gastar el dinero y no hacerlo. "Cuando las
alternativas entre las que los individuos han de elegir se multiplican, la
demanda de dinero se torna más estable de lo que Keynes pensaba", concluye
Friedman.
Pero, mientras que proclama basar su
propuesta en las decisiones individuales de consumo, propone la utilización de
agregados estadìsticos y promedios que dejan de lado las decisiones
individuales, camuflando asì el mecanismo de decisión del actual proceso de
mercado. Es asì como Friedman, del mismo modo que Keynes, se concentra en los
agregados macroeconómicos concibiendo asì: una demanda agregada de dinero
vinculada a una oferta total de dinero; la repercusión sobre gasto agregado que
implica un aumento en la oferta total de dinero; y el impacto resultante sobre
la producción agregada en el corto plazo y sobre el nivel general de precios en
el largo plazo.
Al respecto los economistas austrìacos
han tomado una postura muy diferente. Ellos afirman que es muy importante no
olvidar que tanto los promedios estadìsticos como la producción total y el
nivel general de precios o de salarios, en realidad no existen. Son la creación
de economistas estadìsticos que sumando y promediando aritmèticamente los
precios, los salarios y la producción individual de una multitud de bienes y
servicios comprados y vendidos en el mercado. O como Friedrich Hayek dijo:
"En resumidas cuentas, ni los agregados ni los promedios interactúan;
jamás podrán establecerse relaciones de causa y efecto entre ellos como
aquellas que se establecen entre los fenómenos individuales, los precios individuales,
etc. Luego, la escuela de Chicago intenta establecer conexiones directas entre
la cantidad total de dinero, el nivel general de precios y la producción total.
Todo ello, sabiendo que ninguna de estas magnitudes como tales ejercen una
influencia sobre las decisiones de los individuos".
Concentrándose en los efectos agregados
que producen los cambios en la cantidad de moneda sobre la producción y el
nivel de precios, Friedman no duda en afirmar que un incremento o variación en
la tasa de crecimiento de la oferta de dinero repercute en la producción y el
empleo de la economìa, siendo este efecto transitorio y limitado. En el largo
plazo, como los salarios y los precios son sensibles a las variaciones en la
cantidad de dinero, el único efecto duradero será un más alto nivel general de
precios y salarios, sin oscilaciones permanentes en la cantidad agregada de
empleo y producción.
Cualquier efecto sobre los precios
relativos, la localización de los recursos o la distribución del ingreso
durante un perìodo de inflación monetaria será temporal y de poca importancia,
afirma Friedman. Son simplemente los efectos del "primer round", que
en la perspectiva de largo plazo tendrán escasa significación. O como Friedman
lo expresó en la referida rèplica a sus crìticos: "Una forma de
caracterizar el enfoque de la teorìa cuantitativa del dinero, es no darle
demasiada importancia a los primeros efectos".
Friedman llega a su conclusión
analizando los cambios en la oferta de dinero de la siguiente forma: Imaginen
que un helicóptero arroja dinero al azar sobre la población; la gente recoge
ese dinero y procede a gastarlo hasta que los precios suben a un nivel lo
suficientemente alto como para equilibrar otra vez la demanda de dinero con la
oferta.
Contrarios a esto, los Austrìacos
afirman que mientras que no hay dudas acerca de los efectos del aumento de la
oferta monetaria en el largo plazo, algunas cosas mantendrán sus precios
constantes a pesar de la suba de los precios en general; resulta entonces
necesario analizar el proceso por medio del cual la variación en la oferta de
dinero ingresa a la economìa y particular la forma en que influye sobre las
distintas ofertas y demandas individuales, sobre los precios individuales y los
planes de producción. O como el economista Austrìaco Oskar Morgenstern dijo:
"Si no nos proveen de una mìnima noción acerca de: ¿dónde se origina este
dinero adicional? ¿Dónde es inyectado? ¿Con què diferentes magnitudes? y ¿A
travès de que caminos y a què velocidad penetra en la economìa?, muy poca
información no es proporcionada. El mismo relato, tendrá consecuencias muy
diferentes si la suma de dinero es inyectada vìa crèditos a los consumidores o
prèstamos a productores, vìa Departamento de Defensa o subsidios de desempleo,
etc. Dependiendo de las condiciones subyacentes en la economìa cada modalidad
de inyección monetaria producirá una consecuencia diferente aún tratándose de
la misma cantidad agregada de dinero. Por lo tanto, el análisis monetario
deberá combinarse con un análisis detallado del flujo de los commodities y los
servicios".
Los Austrìacos han considerado este
detallado análisis de la influencia no neutral del dinero, como esencial para
comprender por completo cualquier tipo de efecto vinculado a la inflación en
una economìa de mercado.
A partir de la comprensión de sus
diferentes puntos de vista acerca de cómo analizar mejor el dinero y los
procesos inflacionarios en la economìa de mercado, no resulta sorprendente
concluir que vean las causas y las soluciones de la Gran Depresión en forma
diferente. Friedman, por ejemplo observa la dècada del '20 y concluye que la
polìtica de la Reserva Federal en ese tiempo no era inflacionaria en absoluto,
con un nivel general de precios medianamente estable durante toda la dècada.
Dice Friedman: "Si existiera alguna crìtica a las polìticas de la Reserva
Federal, deberìa ser que a comienzos de la dècada del '30 el banco central
americano no hizo demasiados esfuerzos para incrementar la oferta de dinero,
luego de haberla contraìdo alrededor de un tercio para sacar a la economìa
Americana fuera de la depresión".
Los austrìacos miran más allá que la
estabilidad de precios de la dècada del veinte y afirman que si no se hubiera
expandido la oferta de dinero en esa dècada, los precios hubiesen bajado
lentamente para reflejar un significativo incremento en la productividad y en
la producción a partir de las innovaciones tecnológicas y la acumulación de
capital. En su lugar, la expansión monetaria de la Reserva Federal mantuvo los
precios en un nivel mayor al que de otra manera hubiese estado, creando asì la
ilusión de la estabilidad económica a travès de un nivel estable de precios.
Con lo cual terminó llevando en dirección errónea al capital de inversión, al
trabajo y a los recursos. Las polìticas erráticas de la Reserva Federal se
terminaron de evidenciar luego de 1929.
Cuando la Depresión económica comenzó,
la solución hubiese podido ser: impulsar la reducción del capital mal
invertido, impulsar una baja de precios y salarios que reflejara el ocaso de la
actividad económica y la disminución en la cantidad de dinero causada por los
quebrantos bancarios (a partir de los malos prèstamos otorgados y los retiros
masivos de dinero por parte de la gente). En su lugar, primero la
administración de Hoover y luego el New Deal de Roosevelt, hicieron todo lo
necesario para evitar las saludables y necesarias correcciones del mercado.
Fueron entonces èstas las verdaderas causas de la prolongada duración de la
profunda crisis económica.
Sin embargo, al fin y al cabo, ambos:
los intelectuales Austrìacos y los de Chicago llegan a una conclusión común de
gran relevancia: La planificación central de la moneda ha creado gran
inestabilidad económica en el siglo XX, gracias a que el dinero y el sistema
bancario no han sido alejados del control del gobierno.
Richard Ebeling es profesor de la cátedra Ludwig von Mises de Economìa en Hillsdale College, Michigan y se desempeña como vicepresidente de Asuntos Acadèmicos en The Future of Freedom Foundation.
Richard Ebeling es profesor de la cátedra Ludwig von Mises de Economìa en Hillsdale College, Michigan y se desempeña como vicepresidente de Asuntos Acadèmicos en The Future of Freedom Foundation.
Traducción de Eneas A. Biglione y
Germán Messina
Teoría austriaca del
ciclo económico y materias primas
Publicado el 03 marzo 2011 por Juan Ramón Rallo
Vamos, parece que algo sí tiene que ver. Y, si no, respondan a estas tres simples preguntas.
Bonus Track
Teoría austriaca del
ciclo económico y materias primas
Publicado el 03 marzo 2011 por Juan Ramón Rallo
¿A qué se
refiere la Escuela
Austriaca cuando dice que las crisis son fruto de las malas
inversiones del auge previo? Pues a que la estructura productiva es
insostenible en el sentido de que no puede producir a tiempo los bienes de
consumo que demandan los ahorradores.
¿Tiene esto
algo que ver con el boom de precios de las materias primas? Pues si no somos
muy cerriles, alguna relación deberíamos encontrarle. La escasez no es algo que
súbitamente nos haya caído del cielo, sino consecuencia del hiperdesarrollo de
unos sectores económicos
Para que no quede duda, vayamos a Huerta de Soto y su libro Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos. ¿Cuál es, según el profesor, la primera reacción espontánea del mercado ante la expansión crediticia previa? Pues “el crecimiento del precio relativo de los factores originarios de producción (trabajo y recursos de la naturaleza)”. Que se haya dado escasez de trabajo es más discutible viendo las cifras deparo, aunque tengamos en cuenta que si el precio mínimo del petróleo estuviera fijado por ley a 500 dólares el barril, probablemente también habría excedentes invendidos de petróleo.
Para que no quede duda, vayamos a Huerta de Soto y su libro Dinero, Crédito Bancario y Ciclos Económicos. ¿Cuál es, según el profesor, la primera reacción espontánea del mercado ante la expansión crediticia previa? Pues “el crecimiento del precio relativo de los factores originarios de producción (trabajo y recursos de la naturaleza)”. Que se haya dado escasez de trabajo es más discutible viendo las cifras deparo, aunque tengamos en cuenta que si el precio mínimo del petróleo estuviera fijado por ley a 500 dólares el barril, probablemente también habría excedentes invendidos de petróleo.
En todo
caso, lo que sí es evidente es que se ha producido una escasez estructural de
materias primas. ¿Por qué motivo? Por dos, seguimos con Huerta de Soto: “Por un
lado, la mayor demanda monetaria de recursos originarios que efectúan los
capitalistas de las diferentes etapas del proceso productivo, y que se hace
posible racias a los nuevos créditos que les concede el sistema bancario. Por
el lado de la oferta, hay que tener en cuenta que, al haberse producido la
expansión crediticia sin el respaldo de un aumento del ahorro, no se liberan
factores originarios de producción de las etapas más próximas al consumo”
.
.
Si no les
convece Huerta de Soto, podemos recurrir a Robert Murphy:
it’s more accurate to say that during the boom period, entrepreneurs
(led by false signals) invest in projects that are individually rational and
“efficient,” [vivienda] but that don’t meshwith each other [materias primas]. In other words,
it’s not so much that a farmer forgets to plant some of the seed corn in order
to have a future crop. Rather, it’s that a farmer plans on expanding his output
[viviendas], and so he plants much more than he did in the past, but
unbeknownst to him, the owners of the silos and railroads (needed to bring the
harvest to market) [materias primas] aren’t expanding their own operations at
the same pace.
“es más
exacto decir que durante el período de auge, los empresarios (guiados por
señales falsas) invirtieron en proyectos que son individualmente racionales y
"eficientes" [vivienda], pero que no encajan entre sí [Materias
Primas]. En otras palabras, no es tanto que un agricultor se olvida de sembrar
algo de la semilla de maíz con el fin de tener una cosecha futura. Más bien, es
que un agricultor planea expandir su producción [viviendas], y así él planta
mucho más de lo que hizo en el pasado, pero sin él saberlo, los dueños de los
silos y ferrocarriles (necesario para llevar la cosecha al mercado) [Materias
Primas] no están expandiendo sus propias operaciones al mismo ritmo”
¿Suficientemente
claro? Pues si tampoco les convence Robert Murphy, podemos ir a las
conclusiones de mi tesis doctoral, escrita, claro está, bastante antes del
reciente recalentón (y pánico) de las commodities:
El auge
artificial gestado entre 2002 y 2006 tenía necesariamente que revertirse por
las malas inversiones acumuladas, especialmente en las industrias más capital
intensivas como la vivienda. Al mismo tiempo, asistimos a una infraprovisión de
otros bienes presentes, sobre todo en lo referido a las materias primas.
La actuación concertada de los bancos centrales en 2007 para tratar de frenar la entrada en la fase de liquidación sólo provocó que el precio de las materias primas continuara aumentando y que la pérdida de disponibilidad de bienes presentes se redistribuyera desde los deudores a corto plazo menos solventes a todos los agentes que hicieran un uso más intensivo de las materias primas y que, ante la elasticidad de su demanda, no pudieran trasladar el sobrecoste a los precios finales.
La actuación concertada de los bancos centrales en 2007 para tratar de frenar la entrada en la fase de liquidación sólo provocó que el precio de las materias primas continuara aumentando y que la pérdida de disponibilidad de bienes presentes se redistribuyera desde los deudores a corto plazo menos solventes a todos los agentes que hicieran un uso más intensivo de las materias primas y que, ante la elasticidad de su demanda, no pudieran trasladar el sobrecoste a los precios finales.
O también
podemos ir a alguno de los párrafos donde analizaba el encarecimiento de las
materias primas vivido desde 2009:
Tan pronto como los precios de la vivienda
volvieron a aumentar, los de las materias primas lo hicieron con mayor
intensidad, mostrando de nuevo que la reconversión no había concluido y que,
por consiguiente, reanimar una parte de la demanda de las estructuras más
capital intensivas terminaba generando las rentas que aumentaban la
demanda de los bienes presentes relativamente más escasos (bienes de consumo
no duraderos y materias primas), elevando su rentabilidad por encima de la de
los bienes de consumo duradero.
Vamos, parece que algo sí tiene que ver. Y, si no, respondan a estas tres simples preguntas.
Tres simples preguntas
Publicado
el 02 marzo 2011 por Juan Ramón Rallo
Sabido es
que keynesianos y monetaristas niegan la existencia de una crisis generalizada
del modelo productivo occidental que haya que solucionar con severos reajustes
de la oferta. A su entender, basta con cebar la demanda, ya sea fiscal o
monetaria, para encauzar la recuperación. Muy bien, así las cosas, tres simples
cuestiones:
a) ¿Alguien
creía que podíamos recuperarnos con la estructura productiva de 2007 inalterada
sin que se disparara el precio de las materias primas?
b) ¿Alguien
cree que esa estructura productiva es viable con lo elevadísimos precios de las
materias primas?
c) Si ambas
respuestas son negativas, entonces ¿no estamos ante una crisis real que hay que
corregir por el lado de la oferta?
¿A qué viene cebar sin ton ni son la demanda como si el problema estuviera ahí?
¿A qué viene cebar sin ton ni son la demanda como si el problema estuviera ahí?
Lo siento,
me salieron cuatro preguntas.
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