Trevijano lo advirtió: en una monarquía oligárquica de partidos, la corrupción será sistémica, no individual. Sánchez entró por una moción de censura contra la corrupción de los que le precedieron. El propio monarca, corrupto hasta las cejas, tomó el camino del exilio, tal y como previó Trevijano y hoy, 7 años después de la investidura, el presidente es el capo supremo de la partitocracia. La corrupción es factor de gobierno, escribió Trevijano en todos sus libros.
CORRUPCIÓN POLÍTICA
“No se cambia de partido político como de personas. No se
improvisa un nuevo partido entre elección y elección. En las actuales
sociedades de espectáculo y de hinchadas, cada partido estatal tiene en su
mochila una cuota fija de partidarios, que lo votarán haga lo que haga, sea el
robo de las pensiones, la dádiva de fondos públicos a los banqueros en crisis o
los goles con la mano de Dios a los partidos rivales. Los partidos estatales no
pueden sufrir el castigo diferido de la reacción anticipada de los electores". …
"En los partidos estatales con programas generalistas similares
resulta inútil sustituir a un partido por otro en las preferencias del votante.
En el caso de que el partido estatal gobernante pierda las elecciones por
crímenes y corrupciones descubiertas, siempre conservará en reserva el enorme
potencial de su hinchada que, al menor desgaste del nuevo partido gobernante,
le dará la victoria en la siguiente jornada electoral. Las mochilas de los
partidos estatales están repletas de partidarios inconmovibles, sea por
tradición de fidelidad a unas siglas, sea por temor al triunfo de su enemigo
estereotipado, o sea por agradecimiento a que su partido, por ser el de los
pobres, mete la mano en bolsillos ajenos con más justificación y menos cinismo".
…
"Si se trata de elegir entre partidos estatales, y no entre
personas singulares, el principio de la reacción anticipada del elector no
existe. Según el soplo favorable de la más leve circunstancia adversa al
partido gobernante, el elector dará nuevamente su voto al otro partido de la
corrupción, del crimen, de la prevaricación o de la guerra". …
"El Estado de Partidos se construyó con los materiales de
derribo de los Estados Totalitarios. La funesta y previsible consecuencia de
aquella cínica improvisación, que trasladó el escenario de la competencia por
el poder desde la sociedad civil al ámbito público del Estado, ha sido la
sistemática corrupción de los partidos estatales, con aumento exponencial del
gasto público y depredación de los recursos". …
"Como si se tratara de elecciones primarias, los votantes en
la partidocracia no eligen diputados personales, sino listas de compromisarios
o delegados de partidos estatales, confeccionadas por los aparatos dirigentes
de cada uno y controlados por el jefe del aparato. Los compromisarios de la
lista que resulte mayoritaria o la más votada, obedeciendo al compromiso
adquirido y cumpliendo el trámite protocolario, designan Presidente del
Gobierno al jefe del partido que los puso en la lista. La escena teatral finge
que lo eligen en el momento de la investidura, cuando todo el mundo sabe que ha
sido el propio jefe del partido ganador quien se propuso a sí mismo como
Presidente del Gobierno, escogiendo a los diputados de su lista que luego
fingirán investirlo en una ceremonia parlamentaria, para no coronarse a sí
mismos como Napoleón. Estos cumplen su deber de obediencia, como si las
legislativas fueran presidenciales, con la complicidad de los votantes en el
fraude institucional de convertir las representaciones en ejecuciones".
"Las elecciones legislativas no existen como tales. Ningún
votante cree que está eligiendo a legisladores o a su representante político en
el Parlamento. Todos los que intervienen en el proceso electoral —Partidos,
medios de comunicación, agencias publicitarias, candidatos de lista, encuestas
de opinión, sentido de las campañas y votantes— saben a la perfección que se
está eligiendo al Presidente del Gobierno. Lo dramático no está en tan burda
maniobra electoral, ni en que la mayor parte de los actores no sepa el rol
cómico que desempeña, sino en que la corrupción moral e intelectual de toda la
clase dirigente está inscrita con letras de bronce en el libreto de la farsa
política representada en el escenario de la elección proporcional. Los
intelectuales tienen tal admiración por los hombres de acción triunfante, que
ni siquiera se detienen a pensar en la naturaleza de la circunstancia que los
eleva. La tarea llevada a cabo por honestos historiadores para desmitificar los
actos bélicos victoriosos, no hizo escuela en la ciencia política. Las
votaciones en la partidocracia que, sin elegir personas fuera de la lista,
entregan el poder ejecutivo al jefe del partido mayoritario, son mágicas". …
"Si la libertad no constituye el poder, sino éste a aquella, la sociedad se estabiliza en una oligarquía de partidos estatales. El cambio vertical de escenario, la instalación de los partidos en el Estado, cambió los factores que determinan las transformaciones sociales, así como los conceptos de estrategia y táctica en el combate por la libertad. El enemigo directo de la libertad política ya no es el gran capital. Los enemigos primordiales de la libertad son los partidos estatales y los medios de comunicación partidistas". …
(Teoría Pura de la República – Trevijano)
"Si las leyes se sancionan, promulgan y publican en un Boletín Oficial del Estado, no pueden ser frutos de representantes de la sociedad civil ni de la nación. Sin la total independencia de estos frente al gobierno no puede haber autonomía en los legisladores. Esta idea es piedra angular del edificio constitucional proyectado en la teoría y en la práctica de la República Constitucional. Su rechazo en la partidocracia es la fuente de corrupción de la iniciativa legislativa por parte del ejecutivo, es el canal abierto por el que fluyen con impunidad los cantos de sirena de los grupos de presión, es el pilar institucional de la colusión del capital financiero con los gobiernos".
(Libertad Constituyente – Trevijano)
"Entre los tres tipos de corrupción —la ocasional, la
consecuencial y la constitutiva—, el Estado de Partidos se construyó con el
diseño de la corrupción constitutiva. Que no aparece como fenómeno degenerativo
de algo anterior, sino como virtud generativa de una nueva clase de
degeneración política. Para comprenderlo basta compararla con los dos tipos de
corrupción clásica. La ocasional, inevitable por su carácter individual y
aislado, no entraña peligro serio para las sociedades. No hay ladrón sin
ocasión. La consecuencial sólo pone en peligro la estructura de la institución
de la que es consecuencia, y es evitable mediante reformas estatutarias. … La
corrupción constitutiva es de naturaleza tan distinta de las otras dos que
apenas presenta similitudes con las del ladrón o del banquero. La única a la
que se asemeja es a la de la mafia. No se acabará con ella sin saber la causa
que la reproduce por sistema. La razón de que sea tan profunda en el Estado de
Partidos es fácil de explicar, aunque para los partidos sea imposible de
entender. La corrupción de partido es inevitable, no porque los electores sean
indiferentes a ella, como parece, sino porque votando por deber cívico, y
siendo corruptos todos los partidos, no pueden elegir al menos malo, sino al
que consideran más afín a sus ambiciones materiales aunque sea el peor".
"Lo que engendra y perpetúa la corrupción de partido y la degeneración política es el sistema proporcional de la irrepresentación. …
Susan Rose-Ackerman, una experta mundial en estadística comparada sobre la corrupción política, codirectora del Centro de Derecho, Economía y Políticas Públicas de la Universidad de Yale, y exconsultora del Banco Mundial, afirma de modo categórico que «la peor combinación, la que más alienta la corrupción, es la de un sistema político basado en un presidente con amplios poderes y legisladores elegidos por un sistema de representación proporcional». Dos factores que se reducen a uno, pues los amplios poderes presidenciales son inherentes y consecuentes al sistema proporcional. Ningún parlamentario de la mayoría y ningún tribunal de justicia osará controlar al Presidente que los ha nombrado".
(Teoría Pura de la República – Trevijano)
"En el Estado de partidos no hay una sola persona informada, sea en la sociedad gobernante o en la gobernada, que no esté del todo convencida de la necesidad de mantener la mentira para sostener al sistema. La necesidad o la conveniencia de mentir es el único fundamento de la «democracia de partidos». Y la mentira política, la falsedad institucional del Estado de partidos, es la madre y el motor originario de todas las corrupciones. Si queréis acabar con el crimen de Estado, con la prevaricación de las autoridades y con la corrupción general de la clase gobernante, no esperéis nada de sus beneficiarios, los partidos estatales, y para empezar, acabad con la mentira en los medios de comunicación”.
(Frente a la Gran Mentira – Trevijano)
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