jueves, 30 de abril de 2020

La "Jodida Nueva Normalidad".


Lo repitió Sánchez 527 veces el pasado martes, mientras anunciaba el famoso plan de desescalada ...



.... la nueva normalidad

Armageddon Económico

*Si este virus ha venido para quedarse y no se consigue una vacuna en años, el turismo tal y como lo conocemos y todas sus industrias auxiliares están acabados. Cientos de miles de pymes dedicadas a la hostelería, al ocio y entretenimiento; espectáculos musicales, teatrales, eventos culturales y deportivos; lineas aéreas, agencias de viajes, gran parte del pequeño comercio y miles de industrias que producen para todos estos sectores (que implican relativas concentraciones de personas); todo eso está finiquitado, … como dicen por el sur: “listo de papeles”; al menos, tal y como hasta hoy lo hemos conocido y vivido.
La debacle sería comparable al pinchazo de la burbuja inmobiliaria pero a lo bestia. Y al igual que ésta última, también el sector turístico y adyacentes alimentaban (hasta hoy), mediante brutal recaudación tributaria y toneladas de regulaciones, una burbuja aún mayor que absorve el 50% del PIB: el Sector Público. Un monstruo que todos hemos inflado democráticamente.

Sea como fuere, todo el equipo capital y humano procedente del sector turístico y adyacentes habrá de ser recolocado en otros sectores o lineas productivas (incluso, desconocidas hoy).



Esto será así por las buenas o por las malas. Sin vacunas, se avecina un nuevo modo de vida y un sufrimiento sin precedentes, pero rápido, para la actual generación si la reconversión se realiza por las buenas: dejando actuar líbremente a cientos de miles de empresarios a pie de cañón persiguiendo satisfacer las necesidades más urgentes de los consumidores. Si la segunda y gigantesca burbuja, la del sector público no se auto-pincha (y no lo hará, al menos en España), es decir, si los gobernantes persisten en endeudarse aún más y en extraer de ciudadanos y empresas la misma cantidad de recursos, la recolocación de todos los factores de producción turísticos y de ocio a otros sectores se hará de igual forma, pero por las malas, es decir, con una mayor destrucción (crisis financiera incluida) y prolongándose años en el tiempo. El sufrimiento tendrá enormes proporciones. Mucho mayor que en el escenario anterior.

Queda un posible tercer escenario. Que la libertad económica y la sociedad civil desaparezcan por completo y todo quede en manos del Estado. Un gobierno de economía totalmente planificada por ingenieros sociales. Entonces no se producirá reconversión ni recolocación alguna de factores de producción a ningún otro sector. Será un proceso estricto de brutal decrecimiento económico (añorado por muchos) endulzado con un mensaje climático/ecológico/feminista. Nada de "destrucción creativa". Alcanzaríamos la miseria y el caos por la vía rápida. El sufrimiento, en este tercer escenario, sería comparable al de un conflicto bélico.

Mas nos vale encontrar una vacuna y así ganar tiempo para pensar en desmontar la burbuja estatal, antes de que venga la siguiente plaga.


*Publicado en Facebook el 14/04/2020



¿Pintxo-Pote en la "nueva normalidad?




- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Bonus Track


Artículo completo traducido - Bloomberg 30-4-2020.

Hasta ahora, la respuesta a la pandemia de coronavirus ha funcionado bajo el supuesto de que lo peor pasará dentro de un año más o menos. Pero, ¿y si el malestar dura mucho más? Es un escenario que los responsables políticos deben reconocer y prepararse.

Los medios repiten constantemente que una vacuna podría estar ampliamente disponible para la próxima primavera. Pero incluso la primavera de 2023 sería la más rápida en el historial médico, y no hay garantía de eso. Tal vez los anticuerpos confieran poca o ninguna protección contra la infección, como es el caso de algunos virus. En ese caso, desarrollar una vacuna sería mucho más difícil y el concepto de "inmunidad colectiva" no tendría sentido. Casi todos seguirían siendo susceptibles, lo hubieran tenido o no en el pasado.

Entonces, una batalla muy larga contra el Covid-19 parece completamente posible, mientras que parece casi imposible que los EE. UU. Y gran parte del mundo puedan seguir el ejemplo de Nueva Zelanda y casi eliminar la enfermedad. Una crisis a más largo plazo tendría implicaciones muy diferentes para la economía. Los sectores que se espera que se recuperen, como el turismo, podrían salir definitivamente. Los sectores que han visto un impulso, como los servicios de transmisión, podrían ser ganadores permanentes.


Sin embargo, todas las medidas de emergencia de los gobiernos y los bancos centrales tienen como objetivo aliviar solo un choque temporal. En los EE. UU., La Reserva Federal, el Tesoro y el Congreso han trabajado asiduamente (y con éxito) para garantizar que las empresas tengan aproximadamente el mismo acceso a la financiación. Esto sería defendible si los funcionarios estuvieran seguros de que la pandemia pasará dentro de un año. Pero no pueden estarlo. Si estamos en esto a largo plazo, sus acciones están alentando la sobreinversión en actividades económicas que enfrentan riesgos verdaderamente existenciales.

Lo mismo es cierto para ciertas medidas de distanciamiento social. Los Centros para el Control de Enfermedades, por ejemplo, recomiendan que los centros de atención a largo plazo rechacen todas las visitas "excepto por ciertas razones de atención compasiva, como las situaciones de fin de vida". Algunos han sugerido que todas las personas mayores permanecen aisladas. Esto podría ser soportable por un año. Pero parece cruel e inaplicable durante períodos de tiempo más largos. Necesitamos preguntarnos: ¿cómo puede una sociedad brindar atención segura y compasiva a las personas mayores y vulnerables si Covid-19 sigue siendo generalizado durante muchos años?

Esta enfermedad tiene el potencial de imponer un cambio enorme y duradero en el mundo. Los científicos están haciendo todo lo posible para prevenir tal resultado, al derrotar al virus rápidamente. Pero los encargados de formular políticas económicas y de salud pública deberían planificar la posibilidad de que no tengan éxito.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Fuentes 

Prensa extranjera






Prensa local




No hay comentarios:

Publicar un comentario